Cómo salir del estancamiento
El mundo todavía no acaba de salir de la crisis económica que empezó en 2008. Muchos países de Europa siguen teniendo producciones inferiores a las que registraban antes de ese año. Estados Unidos ha recuperado terreno, pero tiene una tasa de crecimiento modesto. Si bien México ya cuenta con un producto superior al de antes de la crisis, en este 2013 ha sufrido una dolorosa desaceleración. Por otra parte, los ingresos de las familias se encuentran todavía por debajo del nivel que alcanzaron en 2008.
Claro que el crecimiento está tan mal repartido en el mundo como la riqueza. Algunos países siguen teniendo tasas más que satisfactorias, mientras que otros se encuentran en situaciones críticas. España y Grecia, por ejemplo, sufren profundas depresiones, con tasas de desempleo de más de 26 por ciento, en tanto que Alemania muestra una economía sólida, con un crecimiento pequeño pero estable, y una tasa de desempleo inferior a siete por ciento.
En Asia, China está creciendo siete por ciento al año, con un desempleo de cuatro por ciento, mientras que Corea del sur crece cerca del tres por ciento con una desocupación de apenas tres por ciento. En América Latina, Chile es la gran estrella una vez más, con una tasa de crecimiento superior al cuatro por ciento y una tasa de desempleo inferior al seis por ciento.
Estados Unidos, la gran potencia económica del mundo, está creciendo a un ritmo de 1.6 por ciento en este año y registra una tasa de desempleo superior al siete por ciento. México, que había tenido un crecimiento superior al promedio tras el desastre de 2009, está nuevamente estancado.
Si bien las primeras previsiones de crecimiento para este año eran superiores al tres por ciento, ahora todo parece indicar que tendremos que conformarnos con 1.6 o menos. Esto es apenas superior a un crecimiento demográfico de 1.2 por ciento al año.
Si algo ha demostrado la experiencia histórica es que los gobiernos no pueden generar un crecimiento sostenido a base de inyecciones de dinero, pero esto es lo que han tratado de hacer gobiernos y bancos centrales en Estados Unidos y Europa en los últimos años. El dinero fácil genera problemas económicos a largo plazo, pero además el crecimiento desaparece en el momento en que se deja de aplicar el estímulo. Los países que han crecido de manera sostenida, como China, Corea del sur, Chile o Alemania, lo han hecho sobre la base de economías sanas y de mejoras constantes a la productividad.
México tuvo una buena recuperación de la crisis económica de 2009, fundamentada en un aumento de la competitividad de la industria de exportación. No sólo crecieron las ventas al exterior sino que empezaron a regresar al país muchas de las inversiones en manufacturas que durante años se habían ido automáticamente a China.
Sin embargo, el mercado de Estados Unidos, el principal comprador de productos mexicanos, ahora está virtualmente paralizado. Y todavía no se han hecho o aplicado en México las reformas que promoverían una mayor inversión y la creación de un mercado interno más amplio.
La solución no radica en aumentar las inyecciones de dinero a la economía mexicana, porque los resultados serían tan decepcionantes como en Estados Unidos u otros países, sino en profundizar las reformas para hacer más competitivo al país.
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