El novillero Jesús Niño pasó algunos apuros ayer en el Coliseo Centenario dentro de su preparación. Complicada tarde en el ruedo para Jesús Niño
Una tarde difícil tuvo ayer el novillero lagunero Jesús Niño, quien lidió un novillo en el ruedo del Coliseo Centenario de Torreón, como parte de su preparación para futuros festejos, siendo un ejemplar de 340 kilos procedente de Fernández Yezaqui, el que tuvo a su disposición para poner en práctica su técnica taurina.
Tras recibirlo con el capote y realizar algunos quites al ejemplar, tocó turno al picador, cuya montura resistió bien los embates del novillo, el cual dejó en claro su fuerza y empuje, mostrando posteriormente su objetivo, al darle una revolcada al novillero, sin que ello hiciera mella en el ánimo de Niño, quien de inmediato se puso de pie.
Tocó turno a Abraham Marín y Jesús G. Sotomayor, poner un excelente par de banderillas cada uno para dar paso al novillero, quien muleta en mano enfrentó al astado para lograr algunas tandas por su costado derecho, viniendo así el segundo embiste sobre el novillero, pudiéndose ver a un novillo con embiste, pero con un sentido en desarrollo, al buscar en cada embiste al novillero, tornándose cada vez más riesgoso en su lidia.
Una vez más, Jesús Niño se plantó frente al astado y buscó hacer su trabajo, logrando tandas por derecha e izquierda, pero nuevamente fue víctima del ejemplar que le dio un tercer levantón, provocando que por un instante el novillero perdiera la plenitud de sus sentidos. La valentía lo hizo volver entre los gritos de ánimo por parte del público asistente.
Tras este incidente, Jesús Niño se tiró a matar y a pesar de lograr una media estocada caída, ésta fue de efectos fulminantes, derrumbándose el ejemplar, culminando la labor el puntillero en turno.
Pese a haberle sido concedida una oreja, premiándose su esfuerzo y valentía, Jesús Niño no la recibió, considerando no ser merecedor de la misma, retirándose del ruedo entre aplausos por parte de los asistentes a este festejo privado.