Con los sueldos en el congelador
Hace tiempo que un tema sale a relucir en las conversaciones sobre el empleo en México: los sueldos se han estancado. Tratándose lo mismo de un cajero de supermercado que de un diseñador gráfico o un jefe de producción, la pregunta parece ser una sola: ¿a dónde se fueron los aumentos?
Dolores fue contratada hace más de 10 años en el área de comunicación organizacional de una compañía en el interior del país. Cuando ingresó ganaba cinco mil pesos y ahora recibe 12 mil. Su colega Mariana entró en 2011 y aunque cumple funciones similares su sueldo es de apenas 6,500 pesos, si bien al comienzo obtenía 5,000 y gradualmente se le ha premiado con mejor salario. El caso de estas mujeres es común en empresas donde se busca remunerar al personal que labora de forma satisfactoria.
Pero incontables trabajadores no han tenido la suerte de Dolores y Mariana; hablamos de individuos que al cabo de cinco, ocho o más años siguen ganando exactamente el mismo sueldo con el cual fueron contratados. O que a lo mucho han obtenido un aumento casi simbólico, equivalente (o inferior) al que marca el salario mínimo en la nación, es decir, usualmente por debajo del cinco por ciento anual.
Llámese enfermera, asistente, ingeniero de sonido, gerente de ventas, etcétera, la situación puede ser idéntica. Mientras tanto, los precios de la canasta básica no dejan de subir a la par de la gasolina, el gas, la vestimenta, entre otros insumos básicos.
De unos años a la fecha los salarios en gran parte de las empresas de México se muestran congelados. No crecen. Siguen siendo, de acuerdo al puesto, iguales. Las firmas que ofrecen un incremento conforme a la antigüedad que va adquiriendo el trabajador son cada vez menos y la constante es que si en dado momento ese empleado es sustituido, su reemplazante deberá conformarse con un pago inferior.
DETRÁS DEL ‘FRENO’
No es nuevo que el costo de vida encarece y los salarios no alcancen para compensarlo. Sin embargo, especialistas en Economía señalan que esta situación se agravó luego de la crisis mundial de 2008, donde hubo múltiples recortes y además abundaron los paros técnicos (consistentes en laborar sólo parte de la semana, a fin de reducir su egreso sin tener que prescindir de parte de la plantilla laboral). Aunque su epicentro fue en Estados Unidos, la también llamada crisis inmobiliaria afectó indirectamente al resto del mundo, ocasionando que un alto porcentaje de las empresas dejaran de percibir utilidades, lo cual generó que en muchas regiones los sueldos permanecieran estáticos durante los siguientes tres a cuatro años. Incluso hubo negocios que acordaron con su personal la suspensión a los incrementos, como una manera de apoyar en los momentos difíciles por los que atravesaban las finanzas.
Pero además de la situación global, puede haber otras razones para la ausencia de aumentos. Román Flores, Director de Compensaciones de la consultora Manpower México, expone que los salarios varían de acuerdo a políticas de cada organización y en algunos casos se estancan debido a la situación financiera interna.
Así, independientemente de la situación económica de un país, los sueldos congelados en cualquier parte del orbe pueden derivarse de la suspensión de la empresa a los ajustes salariales porque su sistema económico y financiero no les da para solventar este crecimiento en el gasto de recursos humanos, de modo que debe mantenerse sobre las mismas bases en un periodo de tiempo.
LO QUE DICE LA LEY
Diversos especialistas en Economía señalan que cuando surge una crisis financiera, es una práctica común que a los trabajadores les congelen los sueldos o incluso se les reduzcan, pero esto no significa necesariamente que se trate de una acción ilegal, todo dependerá de la negociación que hayan logrado la compañía y los empleados (y en su caso el sindicato).
Y es que de hecho existe jurisprudencia tocante a que al personal no debe disminuírsele o afectársele su capacidad adquisitiva. No obstante, un trabajador del sector privado no puede llegar ante su jefe con una sentencia de la corte constitucional o de la Suprema Corte de Justicia para exigirle la mejora de su salario.
De esta manera, lo único que hace obligatorio el incremento de la remuneración son los acuerdos contractuales o convencionales. Es decir, si en el contrato (o en algún acuerdo colectivo) se pactó un acrecentamiento del pago cada determinado plazo, entonces es forzoso cumplirlo, porque lo acordado por escrito se vuelve ley para las partes involucradas.
Por otro lado, quienes ganan el mínimo tienen derecho a que anualmente se les reajuste el salario conforme al nuevo estándar establecido, el cual siempre debe elevarse (aunque como cada año se señala, sube en porcentajes insuficientes).
Es así que cuando alguien percibe un sueldo superior al mínimo y no tiene en su contrato una cláusula que obligue a su patrón a un aumento periódico, no se cataloga como ilegal que congelen el monto de su pago aun si es durante muchos años.
Empezar con poco: lo habitual
Se considera normal que las empresas ofrezcan salarios bajos a sus nuevos trabajadores, pues la idea es que el personal vaya haciendo carrera dentro de la posición, en virtud de sus resultados y su desenvolvimiento en el puesto.
En ese contexto, en condiciones ideales conforme alguien acumula antigüedad recibe incrementos en su remuneración tanto por los ajustes correspondientes a la inflación, como por los programas de evaluación de desempeño.
Si se toma en cuenta únicamente la inflación, la compañía aplica un porcentaje genérico a toda su plantilla; en el segundo caso, revisa el avance de sus metas y calcula un porcentaje a manera de compensación correspondiente.
POR QUÉ NO ESTANCARLOS
En opinión del entrevistado México cuenta con sueldos muy competitivos y atractivos con respecto a la situación mundial. Aunque al hacer un comparativo con otros países como a Estados Unidos (donde los honorarios se manejan en dólares e incluso hay una regulación por hora) existen diferencias en contra de nuestra nación.
Aun así todas las organizaciones deben actualizar sus salarios periódicamente, pues de lo contrario pierden competitividad frente al mercado tanto interno como externo. Pasa en todo el mundo: si el personal no se siente bien pagado, la empresa es susceptible de sufrir ‘pirateo’, es decir, que la gente se vaya por mejores ofertas.
Para llevar a cabo la variación en la nómina, las compañías tienen la alternativa de basarse en las encuestas de salarios que realizan algunas firmas de consultoría, con lo cual podrán guiarse para la adecuada remuneración de sus trabajadores. Esto les da un panorama amplio respecto al estatus del mercado laboral y a cómo pueden fijar y reajustar sus sueldos.
Correo-e: fperez@elsiglodetorreon.com.mx
Fuente: Román Flores García, Director de compensaciones de Manpower México.