El Grupo de los Ocho países más industrializados del mundo (G-8) condenó el uso de armas químicas en Siria y acordó enviar 1.5 mil millones de dólares de ayuda humanitaria a las víctimas del conflicto.
“Logramos una declaración fuerte y significativa sobre Siria”, afirmó el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, al término de la cumbre de dos días en Fermanagh, Irlanda del Norte.
Siria fue el tema más difícil de la reunión pero al final “todos compartimos el interés de acabar con el conflicto”, subrayó Cameron.
Si bien el comunicado del G-8 no hace referencia a la renuncia del presidente sirio, Bashar al-Assad, el primer ministro británico lo acusó de tener “sangre en sus manos” y del “uso de armas químicas”.
“Es impensable que el presidente al-Assad sea parte del futuro de Siria”, afirmó Cameron durante la sesión de preguntas y respuestas.
El jefe de gobierno británico, quien ostenta la presidencia del G-8 durante 2013, informó que los mandatarios acordaron siete puntos sobre Siria, entre ellos enviar 1.5 mil millones de dólares de ayuda humanitaria, combatir a los extremistas, ayudar en la creación de un gobierno de transición, y apoyar a un nuevo régimen que tenga el consenso de sunitas y chiítas.
Durante la conferencia de prensa en el exclusivo complejo turístico de Lough Erne, Irlanda del Norte, el primer ministro británico informó que hubo avances en materia de libre comercio, transparencia, y combate al terrorismo internacional.
Cameron subrayó que avanzaron en las negociaciones para un tratado comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea.
Además, el G-8 firmó un acuerdo de cooperación internacional para que autoridades fiscales alrededor del mundo compartan información sobre evasión fiscal y “quienes quieran evadir impuestos no tengan donde esconderse.”
En cuanto al combate al terrorismo internacional el G-8 acordó “confrontar la ideología ponzoñosa” que alimenta a los terroristas y evitar que los pagos de rescates sigan financiando las actividades de Al-Qaeda.
Los miembros del G-8 que asistieron a la cumbre fueron Estados Unidos, Rusia, Francia, Canadá, Alemania Italia y Japón así como el anfitrión Gran Bretaña.
Más de ocho mil policías vigilaron la cumbre del G-8 que se realizó sin incidentes en la otrora conflictiva Irlanda del Norte, sede de enfrentamientos entre católicos y protestantes.
