Constantemente se escucha en los medios de comunicación, noticias sobre violaciones a los derechos humanos por parte de las autoridades y dependencias en cualquiera de sus tres niveles de gobierno y de manera particular a las encargadas de velar por la seguridad de los ciudadanos, incluidos el ejército y la marina.
En días pasados la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila hizo una recomendación al Subdirector de Servicios Educativos en San Pedro de las Colonias, Coahuila, por el penoso y triste caso de un jovencito de dicho municipio, que sufría acoso escolar, mejor conocido por bullying en una escuela secundaria y que terminó en el suicidio del menor. Los maestros y autoridades escolares no protegieron al menor dentro de su competencia y obligación, cuando éste pidió el apoyo de los docentes.
La recomendación versa sobre tres aspectos, el primero menciona la necesidad de capacitar a los docentes en este grave problema de acoso escolar. El segundo aspecto de la recomendación es ofrecer una disculpa por parte de los maestros y personal de la secundaria a los padres del menor, y por último, es ofrecer información a los padres el mecanismo legal para obtener del Estado una reparación económica del daño, desgraciadamente nada podrá reponer la vida de una persona.
Según algunos medios de comunicación, la Secretaria de Educación Pública de Coahuila analiza dicha recomendación, pues recordemos que dichas acciones de la Comisión de Derechos Humanos no tienen carácter coercible, es decir, nadie puede obligar a los funcionarios a cumplir las recomendaciones.
El año pasado se aprobó una reforma en materia de derechos humanos, que entre otras cosas incluía la posibilidad de que si un funcionario no acatara alguna de las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, podría ser llamado por el Senado, para que rinda cuentas de dicha omisión. La semana pasada el Presidente de la República anunció una nueva iniciativa en dicha materia, sin embargo, hay algunos puntos que se deberían incluir y que aún no aparecen, o por lo menos no claramente, esperemos que al conocer dicha iniciativa presidencial las incluya.
En primer lugar que se prevea, mediante diferentes mecanismos, el conocimiento y estudio obligatorio de los derechos humanos, por parte de las autoridades. Un caso muy singular es la famosa certificación de los cuerpos de policía, sin embargo, poco se habla de una buena certificación en su calidad de personas y en el conocimiento de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Es lamentable que quienes se supondría que tienen que velar por la seguridad y bienestar de los ciudadanos, que por cierto pagan su sueldo con los impuestos, sean los primeros que son violentados en sus derechos.
En segundo lugar, una política de Estado que garantice ampliamente el conocimiento de los ciudadanos, de sus derechos y la obligación de las autoridades por respetarlos, desgraciadamente muchos ciudadanos que son vulnerados no tienen pleno conocimiento de sus derechos. Nadie debe permitir, en ninguno de los casos, que violenten sus derechos y mucho menos que se les hostigue, se les amenace o se les intimide para no exigirlos.
Por último que se dote de más facultades y recursos a las Comisiones de Derechos Humanos para que sus recomendaciones dejen de ser precisamente eso, "recomendaciones" y tengan carácter coercitivo, es decir, que obligue a las autoridades a prevenir las violaciones a los derechos humanos, a reparar los daños causados por su mala actuación y sobre todo se sancione a dichos funcionarios, ya sea con una pena económica o en los casos más graves se les castigue con cárcel o por lo menos se les haga renunciar a su cargo.
Mucho se habla de derechos humanos, pero en realidad poco se hace por cumplirlos y sobre todo por hacer que las autoridades que violan dichos derechos realmente reparen el daño y sean sancionados. Este es un tema muy importante, pero pocas veces analizado a fondo, recuerdo las palabras del exsecretario de la ONU, Kofi Annan sobre este tema al decir que: "Los derechos humanos son sus derechos. Tómenlos. Defiéndanlos. Promuévanlos. Entiéndanlos e insistan en ellos. Nútranlos y enriquézcanlos. Son lo mejor de nosotros. Denles vida".