EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Consejeros inauditos

Avatares de la democracia

JULIO FAESLER

La creación del IFE fue uno de los logros más importantes en el curso de nuestra larga evolución hacia la democracia que impulsó una histórica constelación de organizaciones de la sociedad civil.

Aquellos esfuerzos se dirigieron a montar una estructura completa de instituciones que sirvieran para encarrilar por vías eficaces y comprobables las decisiones del electorado en los comicios locales y nacionales. La reticencia del gobierno, cimentada en siete décadas de absoluto control de los resultados de cada elección era contundente. La idea de fuerzas de la sociedad civil trabajando en paralelo, montando tribunales ciudadanos para monitorear y calificar los resultados oficiales resultaba impotable.

Ya comenzaban a conocerse sin embargo los informes que observadores mexicanos entregaban a la prensa sobre la legitimidad de elecciones en otros países. La presencia de nuestros visitantes electorales en el famoso plebiscito SI/NO de 1988 por el que el pueblo chileno determinó la suerte de Augusto Pinochet fue muy difundida. Por fin la observación electoral en México en nuestros comicios fue aceptada en 1994 durante la campaña de Luis Donaldo Colosio.

La credencialización con foto fue otro logro de la presión cívica. En el Primer Foro de Instituciones Electorales convocado por el Consejo para la Democracia en el Anfiteatro Bolívar en 1992, el PAN demostró la viabilidad y baratura de una credencial de votante con foto ligada a un padrón electoral confiable.

Corregir una autoridad electoral centrada en el gobierno era indispensable. La presidencia de la Comisión Federal Electoral en la Secretaría de Gobernación dejaba en manos del partido en el gobierno la conducción y control del proceso electoral, juez y parte en todo lo referente a los procesos y resultados de las elecciones.

En 1997 el IFE por fin se desligó del gobierno integrándose con consejeros ciudadanos y en la que la presencia de los partidos políticos quedaba sólo con voz pero sin voto.

El IFE ha sufrido las duras consecuencias de organizar y contabilizar comicios. En 2006 fue objeto de implacables censuras y revanchas. La designación tardía de nuevos consejeros dañó la imagen de autonomía del IFE.

Aceptando las mejoras que pueden aplicarse al IFE como en cualquiera institución humana, es claro que éste ha servido en los comicios para dar certeza y firmeza a las elecciones en México.

Ahora resulta que los partidos políticos buscan resolver problemas ya detectados en la práctica, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha de recoger y centralizar la autoridad de todas las elecciones del país lo que puede hacerse sin la necesidad de cambiarle el nombre.

El llamado de atención que lanzan Lorenzo Córdova, Benito Nacif, María Marván y Marco Baños, los cuatro consejeros aún en funciones es urgente. Ellos advierten varios aspectos de suma importancia, como: el que no habrá tiempo suficiente para adecuar la gran concentración de funciones en el instituto para las elecciones de 2014.

Hay imprecisiones en materia de las facultades de los institutos electorales estatales que generarán problemas si desde ahora no se aclaran.

Las versiones preliminares que han leído contienen "imprecisiones y faltas de claridad que pueden provocar que se vulnere la certeza jurídica y política que ha caracterizado la labor del IFE en los procesos electorales federales de las últimas dos décadas".

Los cuatro consejeros supérstites, justamente indignados por los cambios que los legisladores pretenden hacer a control remoto, recuerdan que hace tiempo se les entregó un Libro Blanco, con la evaluación de las actividades del IFE junto con señalamientos de aspectos que deben corregirse. Declaran que no han sido consultados por los legisladores que se estudian las propuestas de modificaciones a las instituciones electorales. Es más, no están seguros de que muchos de sus propios colegas que aprobaron el proyecto de dictamen tampoco han leído el Libro Blanco que está en el Senado.

Ofrecieron que una vez que las comisiones legislativas aprobaran una versión, ellos harán una evaluación detallada y la presentarán a los legisladores y al público. La intención es que la reforma al IFE conduzca a un mejoramiento en la evolución hacia la democracia y no confusión y retraso.

No hay que trabajar desde cero en la construcción de las instituciones. "Hay cosas que deben adecuarse, modificarse al uso de la experiencia…hay cosas que tenemos que consolidar".

En otras palabras, "el que no oye consejo…no llega a viejo". Parece, empero, que los consejeros salientes seguirán inauditos, sin nadie que los oiga. Parece además que no aprendemos de las experiencias pasadas y que seguimos empecinándonos a cambiarle el nombre a las instituciones en un afán de inventar el hilo negro. ¡¡¡Cuánto nos falta para madurar!!!

juliofelipefaesler@yahoo.com

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 940364

elsiglo.mx