Suspendida la construcción de la refinería de Tula; aplazada la designación de la sede del que sería el nuevo aeropuerto de la ciudad de México; subejercidos los presupuestos para infraestructura y modificadas radicalmente las reglas para promotoras de vivienda, la industria de la construcción profundizó su escenario de recesión
Durante septiembre pasado la producción sufrió la peor contracción del año: 7.5%, respecto al mismo lapso del año anterior, acumulándose una caída de 4.5%.
El cuesta abajo en la rodada se hila desde el mes de mayo pasado, con una caída de 1.4 que se volvió recesión en junio, con 3.4, alcanzándose 4.1 en julio y 5.6 en agosto.
La catarata, naturalmente, no sólo alcanza a las empresas del ramo, sino a todo el abanico que abarca a la actividad: Cementeras, acereras, vidrieras, ladrilleras… en total, estamos hablando de 43 ramas específicas.
Se diría que la industria en general y la de construcción en particular son las grandes damnificadas de la falta de oficio del gobierno, a un año del regreso del PRI, tras la docena trágica panista.
El panorama es aterrador si consideramos que la contracción alcanzó ya a la generación eléctrica, agua y suministro de gas, que en junio pasado había sufrido ya una caída de 6.4%.
En el ámbito estricto de la construcción la debacle alcanza a todos los subsectores, desde trabajo especializado hasta obras de ingeniería civil y edificación.
Y aunque el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática habla de una caída promedio de 7.9% en el empleo, que llega a 11 cuando se habla de trabajos especializados en la industria, alcanzando a 14.8 en el ramo de la edificación, en algunas empresas, por ejemplo, el grupo ICA, llega al 50.
De 40 mil trabajadores en la firma al inicio del sexenio, hoy subsisten sólo 20 mil.
En el mea culpa del gobierno, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes está acelerando el ejercicio del presupuesto del 2014 vía la publicación de licitaciones, cuyo punto final, es decir, la adjudicación de los contratos, llegaría al fin del primer cuatrimestre de 2014.
En la mesa de los posibles se habla de que en abril se decidirá en definitiva sí se mantiene o se cancela la posibilidad de la refinería de Tula, en tanto en mayo llegaría la decisión sobre la nueva sede del aeropuerto capitalino.
Sin embargo, pese a la promesa de acelerar la entrega de subsidios corregidos y aumentados para la construcción de vivienda de interés social y media, son pocas las obras en curso, mientras las promotoras de vivienda rematan su oferta en aras de liquidez para evitar la quiebra.
En la cascada no se salvan ni las cementeras número uno del país, Cementos Mexicanos, cuyas ventas internas han caído en promedio 11%, ni las firmas extranjeras asentadas en el país, como Holcim, o Lafarge, quien debió vender sus activos a la nueva empresa del ramo del magnate Carlos Slim.
La paradoja del caso es que la crisis en la industria de la construcción es recurrente, sobre todo de cara a las firmas nacionales. Si durante el sexenio zedillista se privilegió a empresas extranjeras hacia los grandes contratos de infraestructura, con resultados patéticos como el conflicto que se arrastra con la empresa coreana SK y la alemana Siemens, en el escenario de la reconfiguración y modernización de la refinería de Cadereyta, Nuevo León, en el anterior se privilegió a las empresas españolas.
Se diría que cada sexenio le coloca una alfombra a los favoritos del rey. Si en el pasado esta se tendió para las promotoras de vivienda Homex, Geo y Sare, hoy en desgracia, antes fueron para Tribasa y el Grupo Mexicano de Desarrollo.
Construcción: El patito feo del sexenio.
BALANCE GENERAL
De acuerdo a la Concamin, cuyo presidente, Francisco Javier Funtanet Mange, se le ubica como cercano al presidente Enrique Peña Nieto, tras encabezar a los industriales del Estado de México, en el primer año de gobierno hoy buenos resultados en seis áreas vitales para el país.
Se habla, por ejemplo, de la creación del Comité Nacional de Productividad, en cuya encomienda está la realización de un diagnóstico que permitirá identificar las necesidades de cada sector económico, así como las alternativas tecnológicas y de organización del trabajo reclamadas.
Además, se exalta lo que se califica como la conservación de un ambiente macroeconómico estable para la operación de negocios. "El control de los signos vitales de la economía impidió que los eventos de volatilidad de los mercados financieros y cambiarios dañarán la estabilidad y dislocaran el clima de negocios".
En paralelo, se habla de un compromiso para construir con los empresarios una política industrial sólida e incluyente, y del establecimiento de una Mesa de Combate de la Ilegalidad.
Sin embargo, se habla de pendientes, como el crecimiento económico, en un escenario en que la desaceleración afectó a sectores clave para el empleo como la industria de la construcción, además del sector exportador.
Éste, se señala, ha sido uno de los años más difíciles para el sector industrial mexicano. Los mercados externo e interno no se comportaron como se preveía inicialmente.
PETRÓLEO PRIMERO
En la urgencia de priistas y panistas por sacar la reforma energética antes del fin del actual período ordinario de sesiones del Congreso, de plano se lanzó la toalla en el terreno de telecomunicaciones.
Estamos hablando de las leyes secundarias que le darían rumbo, el qué y el cómo, a la reforma constitucional en la materia.
De acuerdo a la ruta crítica prevista, el lunes próximo, vencido el plazo de 180 días, debían estar aprobadas éstas. Sin embargo, los legisladores se cuidaron de no imponer medida alguna frente a la posibilidad de incumplimiento.
Se quedarán, pues, en el tintero las facultades que tendría el Instituto Federal de Telecomunicaciones en materia de adjudicación de frecuencias y espectro; las contraprestaciones que se reclamarían a los concesionarios, la definición de entes económicos dominantes, y en su caso cómo se desmantelaría la hegemonía de empresas como Teléfonos de México o Televisa.
El pretexto, al margen del objetivo de desahogar la reforma constitucional en materia energética, habla de la necesidad de actuar con cautela, dada la acotación que se fijó para la impugnación legal a las decisiones del Ifetel.
RUGE EL DRAGÓN
Finalmente, pese a la accidentada forma en que llegó la licencia, se iniciaron ya las obras de construcción del Dragon Mart Cancún, un megacentro de exposición y venta al mayoreo, a imagen y semejanza del existente en Dubái, de productos chinos.
La obra alcanza 16 hectáreas del predio conocido como El Tucán, en las que cabrán estantes de exhibición de 380 empresas del país de la muralla; con espacio para actividades culturales para los orientales que lleguen a la feria.
La primicia habla de ceder un espacio para la exhibición de productos mexicanos de cara a los compradores que lleguen de Centro y Suramérica.
China en México.
AHMSA CON ISRAEL
Entre los frutos de la visita al país del presidente israelí, Shimon Peres, está la firma de un convenio entre Altos Hornos de México y la firma Aqwire para construir una planta de tratamiento de aguas residuales para la Unidad Cerro de Mercado de la filial de la firma mexicana, Minera del Norte.
La empresa israelita realizará lo que se conoce como proyecto "llave en mano", es decir el diseño, la construcción y la puesta en marcha de la planta con capacidad para tratar 40 litros de agua por segundo.
La firma es líder mundial en la materia.
