Escuchando el discurso (largo, reiterativo y muy confuso para la gente del diario como yo) con que allá en Chiapas nuestro Presidente dio el banderazo de salida a la "Cruzada contra el Hambre"; sólo me quedé con frases sueltas como "carencia alimentaria severa", "pocas cosas tan angustiantes como el hambre", "verdad lacerante y lastimosa", "derecho humano previsto por nuestra Constitución" y "pobreza extrema"; que fueron el hilo conductor del discurso, me provocaron emociones como vergüenza, culpa, frustración; y me dejaron emocionalmente postrada. Ahora entiendo que mamá tenía razón cuando decía: Te acabas todo lo que hay en el plato porque hay en el mundo muchos niños que no tienen qué comer.
Siempre he pensado que nuestra tierra es generosa y abundante por lo que me cuesta asumir que varios millones de nuestros hermanos sufren hambruna. Desgraciadamente cada inicio de sexenio escuchamos al nuevo presidente anunciar programas sociales para disminuir o al menos atenuar la pobreza extrema que es indudablemente la prioritaria preocupación de nuestros servidores públicos; aunque por los resultados, queda claro que lo único que hasta ahora han conseguido con su preocupación, es multiplicar el número de pobres.
El tema está tan manoseado que cuesta trabajo creer que ahora sí. Me sorprende esa "verdad lacerante y lastimosa" que menciona nuestro Presidente. Tanta miseria ante la danza de los millones a la que asistimos hace apenas unos días cuando en medio del más riguroso protocolo y con alarde de pompa y circunstancia, algunos de nuestros servidores públicos declararon (aunque sin informar el valor ni la procedencia) poseer bienes patrimoniales como para despertar toda clase de envidias y suspicacias. Varias casas, departamentos, locales, autos VMW y Mercedes; además de yates, joyas, fondos de inversión, posesión de monedas, metales y grandes extensiones de terreno.
En un acto de Honestidad Valiente como proponía AMLO; algunos de nuestros servidores públicos explicaron que no todo ha sido comprado de contado porque algunos de los terrenos que poseen les han sido donados. La pregunta obligada es ¿quién dona terrenos y por qué? Me gustaría saberlo ya que si puedo asumir el compromiso que impone toda donación; quiero saber en qué cola tengo que formarme porque yo también quiero. Cómo asumir siquiera esa "verdad lacerante y lastimosa" de la que nos habla el Presidente cuando nos damos el lujo de sostener cinco partidos políticos que derrochan miles de millones en publicidad y pendejuelas. Cuando pagamos las abusivas cuentas de senadores y diputados que se autorrecetan (único caso de empleados que se asignan sus propios sueldos) suntuosas dietas y toda clase de caprichos dispendiosos; alucinantes para mi economía cebollera.
No cabe duda que la vida es injusta porque, vamos a ver; ¿por qué a nadie se le ha ocurrido donar alguna pequeña casa o al menos un terrenito donde construirla, a quienes no tienen un techo y padecen además "severa carencia alimentaria"? ¿Por qué si es genuina la intención de iniciar una "Cruzada contra el Hambre" no comenzamos por meter al orden a los abusivos?
Si eso no es posible, al menos nuestros servidores públicos podrían ahorrarnos la ofensa de contar dinero delante de los pobres. Y bueno, es consolador saber que nuestro Presidente gana 193,478 pesos; suma que parecería cuantiosa en un país con tantos hambrientos; aunque si consideramos que EPN tiene seis adolescentes que alimentar y vestir, amén de seis colegiaturas que pagar, vacaciones y shopping en Miami; yo creo que con ese sueldo a veces no llega al fin de quincena.
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