El caso contra Elba Esther Gordillo por operaciones con recursos de procedencia ilícita parece bien estructurado. El procurador Jesús Murillo Karam señaló en su conferencia de prensa del 26 de febrero que están identificadas dos cuentas con recursos del sindicato de las que se extrajo ilegalmente dinero para cubrir gastos de la maestra. También se configuraría el delito de evasión fiscal, ya que los consumos de la presidenta del SNTE son muy superiores a los ingresos por 1.1 millones de pesos que declaró en el período 2009-2012. Lo curioso es que el SNTE, víctima del desvío de recursos, no ha presentado ninguna denuncia.
La acusación demuestra la capacidad de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda: a partir de una transacción irregular por dos millones de pesos, documentó operaciones ilícitas multimillonarias. El que las investigaciones hayan comenzado en diciembre del año pasado, con el inicio del nuevo gobierno, sugiere que desde un principio el presidente Enrique Peña Nieto sabía que tendría un enfrentamiento con la dirigente del mayor sindicato del país.
Sin duda la Unidad de Inteligencia Financiera detecta muchas transacciones irregulares realizadas por otros líderes sindicales, políticos y personajes relevantes. Es demasiada coincidencia suponer que solamente se tiene información sobre Elba Esther y que las pruebas para consignarla se completaron solamente al concluir la reforma educativa y en el momento en que el SNTE iba a definir su estrategia contra ella. Estamos viendo un uso político de la justicia, pero por lo menos con un delito real y un expediente aparentemente bien configurado.
El manotazo del presidente Peña Nieto es un mensaje a otros líderes sindicales, políticos y magnates. La Secretaría de Hacienda cuenta con posibilidades de rastrear operaciones ilícitas. Muchos están escuchando pasos en la azotea. Otros dirigentes sindicales con niveles de vida superiores a los que supondrían sus ingresos oficiales están mandando señales de lealtad al presidente. El SNTE ha expresado su respeto por la maestra, pero no está programando protestas o movilizaciones por su detención. Sin duda varios lugartenientes quieren aprovechar la detención de la presidenta vitalicia para buscar la dirigencia nacional de un sindicato que ya ha demostrado ser una gallina de huevos de oro.
Sería ingenuo pretender que el enriquecimiento de la maestra Gordillo es una excepción en el medio sindical nacional. Muchos dirigentes exhiben una riqueza muy superior a la que podría uno esperar de sus ingresos oficiales. No creo que el presidente se lance contra sus aliados, pero habrá por lo menos una mayor discreción en el comportamiento de los líderes, cuando menos hasta que baje la marea.
Los dirigentes confiaban en que su poder y la "autonomía sindical" que les permitía desviar recursos de sus agremiados les otorgaban impunidad. El gobierno de Peña Nieto los está haciendo sentir inseguros. Por lo pronto ya se enteraron que el desvío de recursos sindicales puede castigarse, aunque el sindicato no presente denuncia, a través de la figura de operaciones con recursos de procedencia ilícita o la de evasión fiscal. No hay peor amenaza a los dirigentes sindicales del país.
No pienso, desafortunadamente, que Peña Nieto vaya a emprender una campaña moralizadora contra los líderes corruptos. El pecado de Elba Esther fue oponerse a cuando menos una parte de la reforma educativa. Los demás dirigentes parecen estar a salvo.
FCH Y ELBA
¿Por qué no procedió el gobierno de Calderón contra Elba Esther? No por que no le hubieran encontrado nada, como dice el senador Ernesto Cordero, sino porque la maestra apoyó a Calderón en las elecciones de 2006. Por eso el presidente le dio la subsecretaría de Educación Básica a Fernando González Sánchez, yerno de la maestra, y la Lotería Nacional a su aliado Benjamín González Roaro.
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