El conjunto de niños basquetbolistas de la comunidad triqui, de Oaxaca, se reunió ayer con las Águilas del América. (El Universal)
Risas, diversión y futbol. Fue como volver a ser niños, para los ídolos amarillos, y como jugar a ser futbolistas profesionales, para los humildes chiquillos campeones en el basquetbol.
Duelo de monarcas, mezclados, quienes convivieron en una emotiva cascarita. Los niños triquis visitaron a las Águilas y terminaron en una armónica celebración, como si se tratara de un emblemático duelo entre padres e hijos.
"Resultó motivante ver a esos chavitos, con los pocos recursos que tienen, conseguir cosas importantes. Estuvieron adentro, jugando una cascarita con los muchachos, es algo que nos deja una enseñanza. A lo mejor no se dan cuenta del logro para un país. Eso habla de que en México hay gente que quiere superarse", dijo el director técnico del América, Miguel Herrera, quien la hizo de árbitro en el enfrentamiento entre niños y grandes.
Ellos, con sus caritas inocentes, ponen el ejemplo de cómo recobrar la ilusión de jugar por diversión.
Los jugadores del campeón vigente tuvieron un pequeño momento de distracción en el inicio de la preparación con miras a la final del Torneo Apertura 2013 de la Liga MX, ante León.
Ambas escuadras formaron un equipo mixto para disputar un partido, el cual terminó con paridad de fuerzas y se tuvo que definir desde el manchón penal.
Al respecto, el técnico Miguel Herrera aceptó que siempre resulta un impulso importante el conocer a personas que con poco han dado un ejemplo de que se consiguen las cosas si se hace el esfuerzo suficiente.
