La corte suprema de Nueva York sentenció el jueves que una antigua tableta de oro no es botín de guerra y por lo tanto debe regresar al museo alemán que la perdió durante la Segunda Guerra Mundial.
La corte dijo que los herederos de un sobreviviente del Holocausto que obtuvo la reliquia asiria no tienen derecho a poseer un "objeto cultural expoliado".
La tableta de 9.5 gramos, de las dimensiones de una tarjeta de crédito, fue hallada hace un siglo por arqueólogos alemanes en el Templo de Ishtar, en lo que es hoy el norte de Irak. Fue exhibida a partir de 1934 y desapareció durante la guerra.
Riven Flamenbaum, un sobreviviente de un campo de concentración, la llevó consigo cuando emigró a Estados Unidos y se radicó en Nueva York. Según la tradición familiar, la obtuvo de un soldado ruso a cambio de cigarrillos.