Ante el panorama que existe en el entorno global hemos mencionado de que afortunadamente a partir del sexenio anterior se ha mantenido un cuidadoso manejo en la política fiscal y monetaria en nuestro país, observándose una muy favorable coordinación entre el Banco de México y la Secretaría de Hacienda, que aunado a la confianza que los inversionistas extranjeros han permitido respaldar una economía fuerte, a pesar de que se trata de capitales especuladores y que buscan seguridad y buenos rendimientos pero permanecen a la expectativa del comportamiento en las tasas de interés que se presenten en otros mercados.
No obstante en lo anterior y como ya lo he expresado en otros artículos no necesariamente, estamos cerca de lograr un crecimiento sostenible en nuestro país, ante el panorama poco favorable que se observa en el exterior y principalmente para nosotros el de Estados Unidos nos hace prever que habrá de continuar un panorama no necesariamente estable en la economía; el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica que nuestro país crecerá 2.9 por ciento este año que es menor al que se había previsto hace tres meses y en consecuencia Banxico reduce su pronóstico a la baja del PIB ya que se acentuó la desaceleración desde hace varios meses.
El menor crecimiento económico anunciado impacta el desempeño de los ingresos y en el gasto, lo cual implica que los menores recursos que se esperan reducen el margen de maniobra previsto por el Gobierno para el presente año, por lo que se tendrán que hacer ajustes al gasto y se deberá tener cuidado de que no se afecten los servicios y programas sociales que se han puesto en marcha.
La razón principal de las reformas estructurales que se requieren urgentemente, es con el objeto que al mismo tiempo es un verdadero reto de acelerar el crecimiento sin incurrir en los errores del mismo Estados Unidos como potencia mundial y Europa donde queda de manifiesto el desgaste social que están transitando y que complican las decisiones que se han tomado en diversas naciones como lo estamos apreciando.
La falta de empleo y las desigualdades sociales, así como la falta de acceso a un sistema de salud bien estructurado se requiere urgentemente ante las desigualdades sociales que tenemos; recientemente se nos dio la información de que la tasa de desempleo en marzo sigue en aumento y adicionalmente el reconocimiento de que también hay un amplio sector que verdaderamente está en hambruna y que se refiere a millones de mexicanos, es una preocupación que es responsabilidad del resto de los mexicanos, la Cruzada Nacional Contra el Hambre es meritoria sin embargo, es un tema tan importante que debe vigilarse estrechamente con mayor razón por las críticas que se escuchan de posibles recursos públicos desviados a favorecer campañas electorales en algunos estados en las recientes selecciones.
Gobierno, actores políticos e Iniciativa Privada tienen que abocares a establecer mecanismos que contribuyan no sólo a crear mas empleos sino, además, buscar la equidad entre el incremento de la productividad en las empresas y las remuneraciones equitativas que permitan evitar lo que está sucediendo en otras partes del mundo.
El costo social que resulte de no atender el desempleo, el incremento en el ingreso familiar así como el lindero peligroso de quienes viven en la miseria, tarde o temprano tienen una factura social, que repercute en inconformidades, desesperanza y costos futuros en toda la sociedad.
