Alberto Cordero, es un profesionista que ha decidido dedicar su vida a la asesoría y capacitación de empresas e instituciones varias.
Sus capacidades, le han llevado a escribir un libro que ha titulado "Creyendo en ti", todo un tratado, con frases simples y llanas, sobre las distracciones que nos ofrece la vida, que nos lleva a desear lo que no necesitamos y entregar a cambio nuestra oportunidad de ser más felices.
En la presentación de su texto, dice en relación a la falta de fe en nosotros mismos, que: "... ese miedo que nos hace limitarnos en cosas tan básicas como el demostrarle al otro que lo queremos, porque pensamos que el demostrarle amor a otro es signo de debilidad".
La afirmación encierra mucho de verdad; ya en otros diálogos hemos tratado el asunto del materialismo e individualismo, que nos impide buscar la verdadera felicidad en completa libertad; hacer lo que deseamos, sin temor, manifestando nuestros sentimientos sin miedo a ser malinterpretados o identificados como débiles con falta de carácter.
También insiste en que: "estamos hechos para triunfar, para ser plenamente felices".
Tememos enfrentar lo novedoso y por lo mismo desconocido, ubicándonos en el estado de confort que nos deja la seguridad de no errar; dispuestos a acatar órdenes, porque "el que obedece no se equivoca".
En su presentación escribe: "Hoy en día, el haber dejado de creer en nosotros mismos, en los demás y ese Ser Supremo, ha generado, en gran parte, muchas de las situaciones que nos desgastan, que nos mantienen agobiados, cansados, llenos de enfermedades y al parecer sin rumbo que nos garantice vivir con plenitud en todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida."
Desde luego que esa falta de seguridad en uno mismo, tenerse fe, nos lleva a la pérdida de confianza y desesperanza; carecer de creencias firmes, sobre quienes somos y a dónde vamos, nos hace quedar con sensaciones dolorosas de soledad e impotencia; creer en ti, como pide Alberto Cordero, es un buen remedio para hacer virar el rumbo de nuestra vida y, para ello, sólo requerimos de verdadera motivación, esfuerzo y de ser necesario el sacrificio.
También denuncia la manipulación a la que estamos sometidos en este período de la humanidad, caracterizado por el consumismo y la falta de espiritualidad; escribe: "la falta de credibilidad en nosotros, ha generado que algunos humanos seamos presas fáciles de manipular, dando pie a seguir estereotipos de vida alejados de la realidad."
Cuando leí ese párrafo, no pude menos que traer a mi pensamiento la actitud que hemos tomado muchos de los humanos de nuestra era, deseando tener para comprar y competir en el concurso de poseer; los más jóvenes: intentar imitar a personajes ficticios de la pantalla televisiva, hombres y mujeres con rasgos de indefinición en su identidad de género sexual, inclusive, con voces agudas que invitan a pensar en lo femenino y vestuarios que son clara evidencia de la rebeldía y mofa de lo establecido por los mayores.
De fe y práctica religiosa, mejor lo dejamos para otro Diálogo, que representa la pérdida de seguridad, empezando por la propia y la desesperanza, soledad de cada uno, manifestada en el comportamiento, vestuario y actitud de rebeldía hacia la vida.
Luego declara: "esa falta de credibilidad en nosotros, hace que no logremos tener paz interior" (...) "dejar de creer en Dios, ha despertado la pérdida de identidad" (...) "el dejar de creer en nosotros, nos hace pensar que nuestra felicidad está en otro ser humano". Puras verdades.
También afirma categóricamente: "primero tenemos que ser felices nosotros y después buscar hacer feliz a otro ser humano" y con esa afirmación me recordó un principio básico de la psicología que dice: "nadie puede dar lo que no tiene".
Luego escribe: "volvemos a creer en nosotros una vez que nos aceptamos como somos" y de nuevo tiene razón, porque el que no está conforme con su cuerpo y busca cómo cambiar sus facciones, tonos del cabello o pretende desempeñarse socialmente con comportamientos de otras culturas, es, sin dudarlo, alguien que no está conforme consigo mismo. Un claro ejemplo, son todos esos deportistas profesionales, que a toda costa tratan de llamar la atención por sus peinados o reacciones ante el triunfo deportivo, dejando de lado la capacidad y calidad que tienen para desempeñarse profesionalmente en el deporte; algunos futbolistas, por ejemplo.
Sin duda, el libro de Alberto Cordero, contiene pensamientos y propuestas que nos pueden ayudar a descubrir en nosotros mismos todo el potencial que tenemos para enfrentar la vida con alegría y ser más felices.
Es otra oportunidad de ser realmente libres y salir al encuentro de nuestro destino.
Lo invito a que busque el texto, lo lea y lo comparta con sus seres cercanos. ¿Acepta?
ydarwich@ual.mx