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CRÓNICA GOMEZPALATINA

1947, año de desastres en Gómez Palacio

Dinamita, Durango.

Dinamita, Durango.

MANUEL RAMÍREZ LÓPEZ CRONISTA OFICIAL DE GÓMEZ PALACIO

Dice la voz popular que una desgracia no llega sola y esa sentencia se hizo realidad el año de 1947, en el municipio de Gómez Palacio, cuando sucedieron dos lamentables acontecimientos que alarmaron a la comunidad, por su trascendencia y consecuencias.

Paradójicamente, el año inició con muy buenos augurios, ya que el 4 de enero cayó una copiosa nevada en toda la región, provocando el optimismo de agricultores y ganaderos, que en su expresión confiada decían: "Este va a ser un buen año para La Laguna", por los grandes beneficios que aportan las aguanieves para las actividades productivas del campo. Sin embargo, la tragedia se cernía sobre el municipio. El Siglo de Torreón informaba que se había registrado una terrible explosión en la fábrica de Dinamita, Dgo., el día anterior, 31 de julio, a las 17:56 horas, al estallar la máquina encartuchadora de dinamita número 55, que estaba a cargo de cinco operarios cuyos nombres eran: Santiago Uviña, Bernabé Ortega, Sotero Hernández, Roberto Ferrero, y el mayordomo José L. Serrano. Este impacto fue tan potente, que además de causar la muerte de los citados trabajadores, hizo estremecerse a todo el pueblo, sembrando el pánico en todos los habitantes que ignoraban los alcances de la tragedia, cuya detonación se escuchó hasta cerca de cincuenta kilómetros a la redonda, causando expectación sobre su origen y consecuencias.

En el área de trabajo se laboraban dos turnos al día y se procesaban trescientas cajas diarias de dinamita, conteniendo cada caja 180 cartuchos, lo que da una idea de la cantidad del producto elaborado desde la hora de inicio de labores al momento de la desgracia, lo que ayuda a comprender las dimensiones de la catástrofe. Anteriormente, hubo otras explosiones en la misma factoría: la primera fue el 22 de marzo de 1924, donde perdieron la vida tres trabajadores. La segunda, el 22 de abril de 1926, cuando estalló otra máquina encartuchadora, falleciendo cinco trabajadores mexicanos y un norteamericano. Estos acontecimientos causaron onda consternación entre toda la comunidad lagunera, y quedaron registrados en las crónicas entre los sucesos de mayor dramatismo ocurridos en nuestro municipio, hasta esa fecha.

Dos semanas después, cuando aún no se recuperaba la gente de la explosión de Dinamita, un devastador incendio iniciado a las 23 horas, del día 13 de agosto, destruyó el Mercado "Baca Ortiz" de Gómez Palacio, la terrible conflagración terminó con doscientos cuarenta locales, de un total de 280 que existían en el inmueble, causando daños calculados al millón de pesos, además de la pérdida inmediata del patrimonio de cientos de locatarios, que tenían como único ingreso la venta diaria de los productos que expendían, lo que les provocó la ruina total.

La situación después del incendio fue caótica. No pocos locatarios acusaban que había sido provocado, y hasta culpaban a la policía municipal de haberlo causado. Pero la investigación realizada arrojó que el incendio se produjo en el área de las fondas, citando que era común que en esos sitios se provocaran continuos escándalos, ya que algunas mujeres se embriagaban con los comensales, haciendo suponer que un descuido originó el fuego.

En su desesperación, los comerciantes se empezaron a instalar con tabaretes, barracas y tenderetes en las calles aledañas, ocasionando todo tipo de conflictos de vialidad e higiene, ya que muchos tablajeros expendían sus mercancías al aire libre, con el riesgo latente de contaminación de los alimentos. Una parte de los vendedores se instalaron en el pequeño mercado de "El Parralito", laborando en las mismas condiciones antihigiénicas.

A raíz de la entrevista que tuvieron los comerciantes con el gobernador del Estado José Ramón Valdés, éste les prometió que se construiría un nuevo mercado, moderno y más funcional, que acabara en forma definitiva con el grave problema que estaban sufriendo. El mandatario se hizo cargo de la construcción integral del mercado, la cual duró aproximadamente tres años. El 23 de julio de 1950, el Presidente de la República, Miguel Alemán Valdés, durante una gira que realizó a Gómez Palacio, visitó el mercado con el fin de verificar los avances de la construcción.

Finalmente, el jueves 7 de septiembre de 1950 fue inaugurado el nuevo mercado, el que a partir de ese día se llamaría "José Ramón Valdés", en agradecimiento al cumplimiento de la palabra empeñada por el gobernador. Con esto de dejaron atrás largos años de historia del viejo Mercado "Baca Ortiz", el cual había sido inaugurado en 1902 por el señor Jesús Vargas, Jefe del Partido de Mapimí y el Jefe de Cuartel de Gómez Palacio, don Juan García. Por más de cien años de historia de los mercados de Gómez Palacio, lo único que se conserva es el antiguo reloj como mudo testigo de los tiempos.

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