El antiguo hotel Madrid de Lerdo, totalmente quemado.
Hay que recordar que Lerdo pasó por distintas etapas de la Revolución Mexicana, pues fue un punto que era paso obligado por toda clase de combatientes, ya sea villistas, maderistas, carrancistas o colorados. Un gran número de veces fue tomada por estas fuerzas; la primera por los revolucionarios maderistas el 26 de abril de 1911, por Juan Ramírez, Pablo Lavín y Epitacio Rea.
En la siguiente etapa de la revolución iniciada después del asesinato de Francisco I., Madero, perpetrado por el traidor de Huerta. A raíz de esos acontecimientos se originó la segunda toma de Lerdo el 22 de Julio de 1913, por las tropas de los revolucionarios de los generales Calixto Contreras y Tomas Urbina, en la cual se incendió el antiguo Hotel Madrid. Inmediatamente después la plaza fue recuperada por los federales el 7 de Septiembre de 1913, por fuerzas irregulares del General Emilio P: Campa. Asimismo, a las 6. P.M del 14 de septiembre fue ocupada la Plaza de Lerdo por fuerzas de las tres armas a las órdenes de los generales Benjamín Argumedo y Emilio Campa. Y el 30 de Septiembre de 1913 por las tropas de varias brigadas integrantes de la reciente División del Norte, durando los combates todo el día y noche del 29 y mediodía del 30.
Desde tiempo atrás Torreón estaba guarnecida militarmente por el General huertista Eutiquio Munguía, que era jefe de una guarnición compuesta de 4,000 hombres que formaban la División del Nazas. Munguía estableció una estrategia para defender los pueblos de la región, fraccionando de tal manera su gente para resguardar Gómez Palacio, Lerdo y San Pedro de las Colonias, designando un grupo de 400 hombres en cada uno de esos puntos; 300 con el tren de reparación a cargo del General Ocaranza, destinado a abrir la vía de comunicación con Monterrey, y 100 más, en la Hacienda de Sacramento. Por consecuencia la plaza de Torreón quedó únicamente con 2,700 hombres. El General Munguía fue el encargado de llevar a cabo las estrategias de la defensa de su Plaza Torreón, quien esperaba refuerzos para hacerle frente a la peligrosa División del Norte. La ayuda nunca apareció aun cuando la superioridad federal se la ofreció con toda seriedad.
Ya organizada la División del Norte, de acuerdo con las estrategias del 29 de Septiembre de 1913 para tomar Torreón, las fuerzas de la Brigada Benito Juárez, al mando de Maclovio Herrera, fueron destinadas por la margen izquierda del río Nazas, y avanzaría desde la Hacienda de La Goma, por la margen izquierda del río Nazas, yendo sobre Lerdo y Gómez Palacio. Asistidas por la fracción de la brigada de Calixto Contreras y la Brigada Madero al mando de Juan E. García y Benjamín Yuriar. Las demás fuerzas villistas hicieron lo propio con rumbo a Avilés; pero desde la hacienda de La Loma, por la parte derecha del río,
Fue así como la Brigada de Maclovio Herrera y sus acompañantes, salieron de la hacienda de La Goma, a la toma de Lerdo y Gómez Palacio, y en el trayecto de su camino tuvieron varios encuentros con los irregulares de Benjamín Argumedo y Campa, en las haciendas de San Juan de Casta, El Rayo. En el rancho de los Ángeles tuvieron un enfrentamiento en uno de los cerros que existen en el lugar. Haciendo garras más adelante al colorado Emilio P. Campa, adjudicándole la artillería. Fue entonces que Campa huyò en un caballo, salvando su vida.
En seguida las fuerzas villistas marcharon sobre la Ciudad de Lerdo, entrando por el puerto de los Soldados y del panteón municipal ubicado en el antiguo rancho de San Isidro. Fue entonces que el General Campa se vuelve a encontrar con ellos, pues estaba posesionado del puente del antiguo Canal de Tlahualilo, situado por la calle Allende, que era un punto muy ventajoso. Fue difícil el combate de los villistas para abatir al enemigo federal, ya que Campa recibe un refuerzo que pudo mandarle el General Eutiquio Munguía, rechazando así a los rebeldes. Los ataques entre uno y otro grupo fueron muy vigorosos durante todo el día y toda la noche.
Los valientes hombres de la División del Norte, continuaron los combates al otro día 30, atacando con mayores refuerzos por el punto del puente del Tlahualilo y por las compuertas del mismo tajo en la presa de San Fernando, ubicadas frente a San Carlos. Los huertistas no lograron detenerlos, pues dada la superioridad numérica de los revolucionarios logró desbaratar la fuerza que defendía aquel lugar, haciéndolos replegarse a las tropas irregulares a Torreón. .Con estos rotundos triunfos de los integrantes de la División del Norte tomaron las plazas de Lerdo y Gómez Palacio, que quedaron ocupadas por la Brigada Benito Juárez, al mando del brigadier Maclovio Herrera.
El día 30 de septiembre a las 15.00 horas, se da marcha sobre la plaza de Torreón. Para este ataque lo reforzaron con sus brigadas los generales, Contreras, Aguirre Benavides y Yuriar, concurriendo también las fuerzas del valiente general Juan E. García, que tenía a cargo la brigada Madero, que en el mes de Septiembre de 1913 el lerdense Epitacio Rea había organizado y reforzado con gente a su mando. Estos generales habían ya tomado las plazas de Lerdo y Gómez Palacio, encontrándose de frente ante el municipio de Torreón.
A las cuatro de la tarde se inició el combate de las brigadas mencionadas contra las avanzadas federales, generalizándose una hora después. El empuje de las fuerzas de la División del Norte, con sus leales y valientes soldados hizo replegarse a los esbirros de Huerta hasta las fortificaciones del Cañón del Huarache y Calabazas.
Viendo el poderío de la División del Norte el General Eutiquio Munguía mandó llamar al general Campa, a incorporarse con el resto de su fuerza, pues se dio cuenta que el enemigo en número considerable y ocultando su marcha, como a las cinco de la tarde, iniciaba su avance a Torreón con dos poderosas columnas, una hacia el cañón del Huarache y otra al cañón de las Fábricas; en ese sentido Munguía preparó de inmediato su defensa, razón por la cual ya tenía con anticipación ocupados los puntos clave en las alturas de los cerros, como en el cerro de La Cruz por una sección de cañones de tipo poderoso, cerro de las Calabazas, y por la Polvorera, impidiéndoles con eso avanzar al enemigo villista.