En esta ocasión me ha costado más que en ninguna otra el poder palpar mis ideas en un escrito, sobre todo porque me ha tocado vivir desde hace tiempo desencantos sociales, políticos y personales.
Los que me conocen me dicen idealista, que tengo un tanto rebelde, y no desecho sus comentarios, sin embargo, no me los quedo como consejos para cambiar, y lo digo porque no creo equivocarme cuando veo una injusticia y no denunciarle, sino frenarla completamente o al menos señalarla. ¿A qué voy con todo esto? Me da pena, como los políticos acarrean a su pueblo, como muchos navegan con doble moral y engañan a la gente, a veces a tal grado que la perjudican en demasía.
Para vivir en un ambiente político indispensable no pensar, no sentir, sólo obedecer sin preguntar, ¿Y para los que realmente queremos ayudar, qué?
Escribir esto sin sonar a necio es complicado verdad, expresarte sin ser catalogado como lioso es aún más difícil.
Siempre me ha gustado despejar dudas con mi trabajo para los que no creen en mí, y me daría pena que alguna vez se me señalara como flojo o ladrón, sin embargo, eso no estorba en el entorno donde laboro, molestan más otros valores como la transparencia o la "no docilidad". La política mata el espíritu de cambio, enseña a sus jóvenes a callar y sólo esperar que a ti no te den con el "mazo de la obediencia".
Dicen que si no puedes con el enemigo únetele, pero… y entonces qué dejamos para los que vienen atrás, entonces cuándo vamos a ayudar a cambiar nuestra ciudad.
No quiero ser uno más del montón, quiero ser un hombre de bien, crecí con el ejemplo del esfuerzo, del respeto y la honradez, y no creo que sean valores que no me dejen destacar en una aspiración política. Y entiéndase en mí, la lealtad en una vida de servicio no la complicidad.
Para los que están inmersos en este entorno laboral, podrán entender claramente lo que expreso y los que rozan con este medio espero puedan comprender la situación que se vive en ella.
Termino con esta máxima que refleja el actuar de muchos hombres que con el afán de conservar un empleo, olvidan sus legítimas aspiraciones. "Un conservador es un hombre demasiado cobarde para luchar y demasiado gordo para huir" Elbert Hubbard.
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