¡Uf!, cuatro años, después de la muerte de 49 niños en el incendio de la Guardería ABC, por fin ¡aleluya!, la PGR indagará si las causas del siniestro fueron provocadas o accidentales. Hubo necesidad de que cambiara la administración, para que la federación iniciara una nueva línea de investigación de lo que realmente ocurrió aquel, no muy lejano fatídico 5 de junio de 2009. O sea que se sepa a conciencia qué o quién provocó la conflagración en la casa-cuna improvisada en una dividida bodega a la que concurrían, separadas por una pared, tanto el dormitorio con una parte de la bodega ocupada por el Gobierno del Estado que se reservó para que se guardaran documentos relacionados con una deuda millonaria del gobierno sonorense presidido, en aquellos infaustos días, por Eduardo Bours.
En un principio las autoridades dijeron que la conflagración tuvo su origen en el sobrecalentamiento de un equipo de enfriamiento localizado en una bodega adyacente, parte natural de la estancia infantil. Esto es, no eran dos bodegas sino una sola, dividida al "ai se va", como una concesión del Gobierno Estatal a familiares del de allá arriba, con el fin de que los pobrecitos parientes ganaran unos cuantos centavos. El lucro por encima de la seguridad de los niños victimados. Todos los encargados de supervisar y confirmar la seguridad se hicieron "patos", para decirlo en un lenguaje coloquial. Los inspectores hallaron que todo estaba en orden. Malditos, ya encontrarán su merecido. Se cree que quien prendió el fuego, lo hizo de manera intencional para ocultar un millonario latrocinio a los fondos públicos.
Me imagino que platicaron los dos hombres después de ocurrido el percance. Y cómo están las cosas por allá, se oyó en el audio, era una voz que despedía un olor a suave cognac previamente escanciado por un valet que conocía de toda su vida. Sabía que podía confiar en que no sería envenenado, sólo gente de su confianza dejaba se le acercara. En las noches no podía dormir si no había una guardia en puertas y ventanas, cuando lo hacía tenía sueños tempestuosos. Se veía a sí mismo como un Nerón incendiando Roma o en otras veces como un estratega en guerra en contra de sí mismo. No parecía importarle las bajas de uno y otro lado. En el fondo estaba convencido que a posteriori sería visto como uno de los grandes. La vida le había sido grata, la vida de los demás no le importaba. Allá afuera había hambre y la consabida sed de justicia. Él sentía que no le debía nada a nadie, que era un hombre justo que se hizo a sí mismo.
La parte de la bodega que se mantuvo en manos del Gobierno se quedó a cargo de la Secretaría de Finanzas, diciendo los familiares que alguien prendió fuego de manera intencional para eliminar documentos relacionados con un desvío de unos 10 mil millones de pesos que presuntamente se habrían sustraído de los fondos públicos del estado de Sonora, lo malo para ellos fue que el incendio cundió sin control yéndose a la parte de la bodega que se destinó irresponsablemente a dormitorio de menores de edad que sucumbieron en el humo y el fuego provocado por manos criminales que pretendían destruir pruebas documentales de un desvío de dineros públicos. En fin, así están la cosas.