¡A MI NIÑO LE HUELE LA BOCA!
Algunas ocasiones los padres nos comentan que perciben mal aliento en sus niños, y que tienen problemas para que se cepillen sus dientes.
Nuestra respuesta a esta preocupación, es que generalmente, el mal aliento o halitosis, es debido a la presencia de caries o problemas periodontales, padecimientos que son ocasionados por las bacterias presentes en la placa dental, éstas, utilizan los carbohidratos de los alimentos produciendo ácidos que destruirán el esmalte de los dientes, provocando la presencia de una lesión cariosa, así como también la producción de vapores fétidos.
De igual manera les comentamos que debemos estar atentos también a otros padecimientos como pueden ser: patologías de las vías respiratorias altas, respiración bucal, diabetes, problemas de reflujo, etc.
Cuando cuestionamos a la mamá si su niño ha presentado alguna molestia o dolor en su boca, la respuesta por lo general, es que ha presentado dolor cuando come algo dulce, cuando ingiere bebidas frías o calientes, pero que después de unos momentos desaparece.
Al examinar la boca de estos pacientes frecuentemente encontramos abundante placa dentobacteriana adherida a sus estructuras dentales, así como también lesiones cariosas que generalmente son extensas y que han lesionado el tejido pulpar, ocasionando un proceso infeccioso, así también pueden observarse tratamientos restaurativos que se han desalojado o destruido parcialmente y han formado zonas retentivas artificiales, provocando la retención de placa dental.
Como lo hemos mencionado en otras ocasiones nuestra mejor recomendación para evitar esta problemática, es realizando un cepillado correcto y responsable con el cual lograremos remover y eliminar la película dentobacteriana, evitando que ésta cause la destrucción de las estructuras dentales, tejidos gingivales y tejido de soporte, reduciendo la incidencia de caries y enfermedad periodontal y consecuentemente la presencia de mal aliento o halitosis.
Les recordamos a ustedes padres, motivar el cepillado dental en sus niños, enseñando con el ejemplo, una buena motivación será que en algunas ocasiones usted ejecute su cepillado dental, al mismo tiempo que su niño lo realice, y recuerde también, supervisar este hábito de higiene oral, hasta que su niño logre una buena destreza para realizarlo sin supervisión, esto generalmente es alrededor de los nueve años.
"Es la prevención, nuestra mayor preocupación".
¡Hasta la próxima!
jmoraleshurtado@hotmail.com