Phil Mickelson llegó a Merion cuatro horas antes de arrancar su ronda, y aun así logró terminar con 67 golpes, tres abajo del par de campo. (EFE)
Primero hizo los deberes como padre y luego atrapó sin entrenamiento el liderato del segundo Grande del año, el Open estadounidense, ese fue el orden de prioridades del zurdo Phil Mickelson, quien no quiso perderse la graduación escolar de su hija y se cruzó el país, desde Carolina del Sur hasta Filadelfia para llegar puntual al 'tee' de salida.
En 24 horas y durmiendo a cabezadas en un vuelo privado Mickelson llegó con poco tiempo a su salida, muy temprana, para disputar la primera ronda del Abierto de su país. Cumplido su papel de padre, el jugador zurdo remató el de golfista con una ronda de 67 golpes (-3) en Merion, por el momento la mejor de una jornada que no acabará e interrumpida en dos ocasiones por la lluvia.
Los 67 golpes suponen el mejor estreno de Mickelson en este torneo desde 1999.
El juego se detuvo al poco del comienzo y durante tres horas y media por una fuerte tormenta. El parón trastocó los planes y una nueva interrupción vespertina dejó la ronda hecha jirones. Hoy toca maratón de hoyos para la mayoría.
Los ingleses Luke Donald y Lee Westwood, ambos exnúmeros uno hace relativamente poco tiempo y aún sin títulos de Grand Slam, se situaron muy cerca del líder en casa club, Mickelson.
Tiger Woods, en el gobierno del golf mundial, camina con problemas por el hoyo 9 (2 arriba), al contrario que sus dos compañeros del partido estelar, el norirlandés Rory McIlroy y el australiano Adam Scott. Estos últimos figuran con uno y dos golpes bajo par, respectivamente.
En cuanto al español Sergio García ocurrió que cuando se precipitaba por un abismo, tras los relámpagos y la lluvia, por asombro salió a flote, salvó su prestigio y cerró una ronda indescifrable.