Vocación. Juana María Martínez y Guadalupe Macías, siempre tratan de darle lo mejor a sus pacientes.
Para Juanita y Guadalupe no hay mayor recompensa a su trabajo que ver a los niños salir del hospital, recuperados totalmente. Este seis de enero es el Día de la Enfermera, y aseguran que en esta profesión lo más importante es la vocación.
Juana María Martínez, coordinadora del departamento de Enseñanza del Hospital Infantil de Torreón, tiene 32 años como enfermera. "Desde que estaba en la secundaria tuve la inquietud de ayudar a los demás, y me gusta mucho trabajar con los niños".
Juanita estudió en la escuela de enfermería Isabel la Católica, y aunque ya no existe guarda muy buenos recuerdos. "De niña no jugaba a inyectar ni nada así, pero sí tuve siempre la disposición de ayudar a los demás".
Jamás ha pensando en irse a trabajar a otro hospital, pues le gusta el ambiente y sobre todo atender a los niños de escasos recursos. "Al principio intenté entrar al Seguro Social, pero desistí. Para mí es una satisfacción ver la recuperación de los pacientes y sobre todo cuando son dados de alta".
A pesar de tantos años de trabajo, Juanita sigue entristeciéndose cuando los niños mueren. "En el departamento de Hematología tenemos a pacientes en fase terminal, y es muy duro verlos sufrir y luego irse".
Siempre trata de apapachar a sus pacientes, incluso algunos la llegan a llamar tía, de cariño. Nos convertimos en parte de su familia".
VOCACIÓN
Para Guadalupe Macías Valenzuela, lo más importante es la vocación.
Tiene 20 años trabajando en el Hospital Infantil de Torreón, y actualmente se desempeña como jefa de enfermeras.
"Las enfermeras debemos prepararnos continuamente para dar una atención correcta, además debemos darles apoyo psicológico".
Considera que la atención integral es una de las ventajas del Hospital Infantil, pues las enfermeras no sólo se ocupan de suministrar un medicamento, sino de darles aliento y el cariño necesario durante la enfermedad de los niños.
"Nuestra prioridad es el bienestar, y esto abarca muchas áreas, por eso es importante que nos capacitemos".
El trabajo de enfermera, dice, es muy demandante, pero las jornadas no son tan pesadas cuando existe la vocación.
"Nunca debemos perder la humanidad, y lamentablemente a veces el exceso de trabajo y los problemas familiares, pueden intervenir en la atención, pero para eso son las capacitaciones, para poder concentrarnos al 100 por ciento en nuestros pacientes", comenta Guadalupe.
