Mientras la economía enfrenta una desaceleración, y varias empresas de la industria automotriz se encuentran en proceso de instalar sus plantas para iniciar producción en 2014 ó 2015, inquieta que se anuncie un proyecto de reforma fiscal que incide particularmente en el sector, señaló un estudio de la firma contable KPMG.
En un análisis preliminar, la firma advierte el impacto que sufrirán las armadoras en distintos estratos, por lo que consideró importante monitorear las reacciones que tendrá el sector toda vez que la propuesta de alza en los impuestos se da en el momento en que las inversiones están anunciadas pero muchas de ellas, aún no inician operación.
Destacó que varios de los proyectos de inversión de la industria automotriz fueron resultado de una conjunción de factores que ponen a México a la vanguardia como centro de manufactura, y que para la instalación de plantas han favorecido al país por los bajos costos que representa su mano de obra y su calidad.
Dichos componentes, indicó KPMG, de alguna manera eclipsaron los retos de inseguridad en ciertas regiones del país, así como de la incertidumbre por las elecciones presidenciales y en algunas entidades federativas, particularmente en el principal estado receptor de dichas inversiones, Guanajuato.
Sobre la iniciativa de reforma, la firma dijo que existen disposiciones que les producirán una afectación directa en su propia operación, con proveedores y relacionadas con la compra de automóviles por parte de sus clientes.
Los cambios propuestos al Impuesto al Valor Agregado (IVA) tendrían un claro impacto en operaciones del día con día, como lo son las importaciones y las transferencias de mercancías de proveedores ubicados en México.
La iniciativa de reforma incorpora la obligación de pago de dicho impuesto a las introducciones de mercancías, y con ello las armadoras se verían obligadas a desembolsar un 16 por ciento adicional por todos los insumos que ingresen a su depósito fiscal, lo que afectaría su flujo operativo.
También afectaría la propuesta de eliminar el tratamiento de exportación y gravar la importación temporal de insumos y maquinaria, y equipo, señaló KPMG.
Además, con los cambios al Impuesto Sobre la Renta (ISR), las empresas verían un alza generalizada a la tasa efectiva, ya que podrían pasar de una tasa combinada de impuestos (ISR y IETU), del 17.5 por ciento a una tasa corporativa del 30 por ciento.