Pareciera que con la euforia de la Liguilla y del sorteo del Mundial de Brasil 2014, se olvidarán todas las tribulaciones que vivió el futbol mexicano en los últimos doce meses.
Después de conseguir el famoso y tan ansiado boleto mundialista, todo apunta a que se seguirá en la misma dirección; después de todo tanto televisoras como patrocinadores salvaron el negocio y tendrán a su selección haciendo "sanduiches" en Brasil.
Y aunque a veces se dice que "es mejor olvidar el pasado", en este caso es preciso recordarlo y recordarlo muchas veces, para que no se cometan los mismos errores y rectificar lo que se sigue haciendo mal.
Exisite un sinfín de áreas de oportunidad por explotar en el futbol nacional a nivel de selecciones, desde darle contuinidad a los procesos de los entrenadores en todas las categorías, incrementar el número de jóvenes debutantes en Primera División, darle seguimiento a los equipos juveniles y mirar a los procesos de otras selecciones que son potencias como España y Alemania, no copiando sus procedimientos ya que cada país es diferente, pero si tratando de adaptar lo que se está haciendo allá a nuestro futbol.
Que la emoción de la liguilla que promete grandes encuentros en estas semifinales no provoque el olvido de la multipropiedad en México, que hace apenas unos meses fue condenada por los dueños del dúpolio televisivo cuando el magnate Carlos Slim adquirió los equipos de León y Pachuca y se decía que estaba interesado en la compra de Santos Laguna, los otros dueños pegaron el grito y dijeron que la multipropiedad no estaría permitida en la flamante Liga MX.
Mientras se jugaban los duelos de vuelta de los cuartos de final, se fraguó la adquisición por parte de TV Azteca de los Rojinegros del Atlas, y que después fue aprobada en la asamblea de dueños, a pesar de que la televisora ya cuenta con los Monarcas de Morelia, dando una clara muestra de que el futbol mexicano sólo tiene dos dueños, Televisa y TV Azteca, quienes mandan lo que está bien para ellos pero mal para los demás.
No hay que olvidar que aunque el futbol es negocio de unos cuantos sus buenas o malas decisiones las terminamos pagando los aficionados.
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