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De infantes

Diálogo

YAMIL DARWICH

Recién pasó el "Día del Niño", en el que los integrantes de la sociedad nos desvivimos por atenderlos de muy diferentes maneras. En casa: con regalos, pasteles y helados; en la escuela: con piñatas y desayunos; en las organizaciones sociales y políticas: ofreciéndoles festivales, juegos mecánicos y regalos.

Desde luego que las ofertas comerciales no se hicieron esperar y los comerciantes, aprovecharon el festejo, para tratar de mejorar su muy lastimada economía de negocios. Luego vendrá el día de las madres, maestros, etc.

La gran mayoría de infantes fue festejada de una u otra manera; por sus familiares, profesores, amigos y políticos que siempre tratan de sumar simpatías "saliendo en la foto".

El Inegi, también señaló el día aportando estadísticas nacionales del año dos mil diez y compartiéndonos datos que nos deben dejar dubitativos, como que el estado de Coahuila, se encuentra en el grupo de mayor incidencia de niños macrosómicos - grandes al nacer-, cuya principal causa es la diabetes de las mamás gorditas.

A nivel nacional, las infecciones de las vías respiratorias y digestivas siguen siendo la primera causa de enfermedad, quedando en segundo lugar las originadas por traumatismos, envenenamientos y otras causas (Sic). Sin duda, reflejan nuestra capacidad de cuidarlos y atenderlos, particularmente a los bebés.

La UNICEF, informa que en el mundo, aún hay un siete por ciento de niños que nacen con bajo peso, consecuencia de deficiente alimentación de la madre, como causa principal; el cinco por ciento, al llegar a la edad de los cinco años, presentan deficiencia ponderal y el dieciséis por ciento tiene una talla menor a la deseada; evidencias del descuido y desnutrición de infantes, principalmente en los países pobres.

Si consideramos que la polio ha desaparecido en México y el mundo, nos refieren a la fría estadística general, aunque aún hay un cinco por ciento de niños mexicanos que no reciben la vacuna para ser inmunizados -piense en el caso de alguno de nuestros niños familiares y la evaluación cambiará inmediatamente- y aún hay un uno por ciento, que no van a la primaria.

Podemos agregar al descuido infantil, los casos de niños desprotegidos, sin padres, familia ni hogar; aquellos que son explotados, aún bebés, que sirven para despertar lástima en las calles, amarrados con un rebozo, quizá narcotizados para que se mantengan dormidos y no den lata.

No deje pasar por alto a los abusados en todas las formas imaginables por la parte retorcida de la mente; y quienes han caído en las drogas.

De ellos, unos pocos se salvan y son atendidos por organizaciones no gubernamentales, limitadas y deficientes, por la falta de apoyo gubernamental, a pesar de estar ayudando al estado a cubrir su responsabilidad y olvidados por nosotros, los ciudadanos comunes.

Piense en el dinero que utilizan los políticos para publicitar su imagen, particularmente en elecciones y lo importante que éste sería para salvar vidas, educándolos paraque puedan tener la oportunidad de ser adultos responsables y en mejores condiciones físicas y psicológicas.

También hay otros niños, que no reciben la mejor educación y el cuidado que se merecen, que viven casi en la soledad, tratando de encontrar por ellos mismos respuestas a la vida, en tanto sus padres trabajan horas extra buscando ingresos extraordinarios, quizá necesitado con urgencia.

Existen menores que nominalmente tienen familia, pero que en realidad pasan horas acompañados de una caja idiota, que les machaca la necesidad de tener, consumir y volver a desear, ayudándoles a descubrir su sexualidad con mensajes erróneos y prematuros, hasta llegar a ser promotores de enfermedades.

Otros que tienen hermanos en edades cercanas, con quienes se enfrentan en juegos electrónicos que les promueven la violencia y poco respeto por la vida, incluyendo imágenes deshumanizantes, con héroes irreales, pero imitables.

Algunos pareciera que no están tan solos, acompañados a distancia por desconocidos, con infinitud de mensajes hablados e imágenes provocativas, que a través de la Internet y sus innumerables programas, les inducen a lo malo y les aclaran sus dudas, muchas veces con mala intención.

Y los hay que se mantienen comunicados con otros amiguitos de la edad, igualmente solos, a través del teléfono que le compraron sus papás, por el que "chatean" y hacen contacto con personas ajenas a sus usos y costumbres, inclusive de otros países y de otras culturas. Piense en esos casos.

Sé que la tecnología puede traer muchas cosas buenas a la vida del humano del posmodernismo, pero sin orientación y cuidados es como darle un arma a menores o dejarles al alcance las pastillas de colores, medicamentos de sus mayores.

Intencionalmente dejé pasar el "Día de Niño" para no estropear la fiesta, pero no puedo eludir la responsabilidad de escribirles al respecto, porque sin duda usted conocerá casos que puede remediar. ¿Los conoce?

ydarwich@ual.mx

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