Marzo
El tercer mes del año.
Con sus características tan especiales.
Porque es el mes de los grandes contrastes.
Por algo nuestros abuelitos decían, febrero está loco, y marzo otro poco.
Y es que en este tiempo, la temperatura tiene tantos cambios que por la mañana no sabemos qué ropa debemos usar, porque por el fresco obliga chamarra o sweter, pero al medio día ya andamos tirando la toalla por el calor.
Lo bueno es que las famosas tolvaneras, o lluvias laguneras, están bien anunciadas y eso obliga a utilizar los famosos tapabocas, sobre todo porque está bien definido que en la Comarca circulan con los vientos muchísimas bacterias, algunas nocivas para la salud, por la gran cantidad de basura y deshechos orgánicos de que estamos rodeados.
Pero marzo también tiene mil encantos, y por principio de cuentas, éstos se empiezan a aparecer en los jardines que vuelven a mostrar sus mejores galas y es cuando la hermosa flor de durazno anuncia la llegada de la Primavera punto principal del equinoccio de verano.
Mientras escribíamos esta columna, uno de nuestros inquietos nietos al escribir la palabra equinoccio nos preguntó su significado, a lo que contestamos.
Es un punto que refiere un evento astronómico que ocurre dos veces al año y se da cuando al proyectar la línea del ecuador de nuestro planeta hacia el espacio, se deriva una línea imaginaria que se llama ecuador celestial, conocido también como la intersección de los ecuadores elíptica y celestial.
El ecuador señala el punto sobre la esfera celestial donde el ángulo de los rayos del sol mide 90 grados a medio día en el ecuador, o sea que la trayectoria del sol forma un ángulo de 90 grados con el eje de la Tierra. En dicha posición del eje ninguno de los polos se inclinan hacia el sol.
Además, por lo general los días 21 de marzo y 21 de septiembre, y se les conoce como equinoccio de primavera al primero y de verano al segundo, y se les llama así porque marcan el inicio de la primavera y el verano, respectivamente, con la característica especial que cada uno de ellos tiene el día y la noche con la misma duración.
Además en marzo el ser humano vuelve a sentir el calor, no sólo de su cuerpo sino del de sus semejantes a través de los lazos de la amistad o del amor.
Es que los fuerte fríos del Invierno van quedando atrás y con ello van desapareciendo molestias y malestares propias del invierno, al aparecer la Primavera.
Marzo, es un mes para disfrutarlo a placer.