Llueve
Por fin después de mucho tiempo de sequía la lluvia aparece en la región semidesértica de la Comarca Lagunera, provocando sentimientos encontrados, pues para unos, los que tienen, causa alegría y para los que poco o nada poseen, tristeza y pesadumbre.
Así ha sido siempre, desde que llegamos a estas benditas tierras donde pronto vimos los contrastes que también nos afectaron.
Es que nos habían advertido. Te vas a vivir a La Laguna y hace un calor de los mil demonios, así que llegamos con la mentalidad de buscar la forma de evitar calores y bochornos, pues nadie habló del invierno y sus bajas temperaturas.
Como arribamos al nacer diciembre y ése fue uno de los más fríos que se tengan memoria, nuestros sufrimientos empezaron a aparecer, pero teníamos trece años de edad y en esa etapa las adversidades son más tolerables.
Vivimos en diferentes sectores de la ciudad, algunos cercanos a nuestro trabajo, siempre en EL SIGLO en privadas y vecindades que fue un contento, pues en todas encontramos gente buena y amable, y muy pachanguera, lástima que por nuestro trabajo no pudimos disfrutar a plenitud los famosos fines de semana.
En una casa que rentamos por el Oriente, después de las lluvias el techo se vino abajo una madrugada y recordaban mamá y papá que todos salieron espantados, sólo yo quedé adentro profundamente dormido pues no hacía mucho había llegado a dormir muy cansado, después de un día muy ajetreado.
Por estos días, los contrastes vuelven a aparecer, por ejemplo Lucy está feliz pues por fin terminó el cuartito en el que duerme casi toda la familia, claro que ahorró y trabajó mucho para no tener muerte de sapo, como decía cuando juntaba el dinero necesario.
En cambio, los paracaidistas que todavía existen aparecen tristes y remojados, recordando una canción del Bucky que dice. Que triste se oye la lluvia, en los techos de cartón.
Así es la vida.
