Viajar.
Conocer.
Aprender.
Esta es la inquietud de la mayoría de los humanos, sobre todo cuando se trata de viajar y conocer nuevos lugares.
Nos gusta también aprender todo lo que esté fácil de entender y está a nuestra disposición.
Estas han sido partes de las inquietudes que han regido la vida de mucha gente, sobre todo las de espíritu aventurero y con recursos para viajar, conocer y aprender.
O sea que los conocimientos y el aprendizaje son hacia el exterior, pero ¿cuánto sabemos de nosotros, de nuestra persona, de nuestro organismo?
Porque pasa el tiempo los años se van acumulando sobre nosotros y un día nos enteramos con gran sorpresa que no conocemos a nuestra persona ni nuestro organismo.
Así un día Pedro se dio cuenta de que tenía un riñón más grande que otro.
Juan conoció que tenía cardiomegalia o sea un corazón grande y generoso.
Que a Federico no le funcionaban bien los pulmones .
Y que Antonio necesitaba marca pasos para controlar los latidos de su corazón.
Por todo lo anterior es oportuno empezar a conocer cómo es nuestro organismo, las fallas que tiene y que de tratarse a tiempo pueden tener una pronta curación.
Además la ciencia médica es tan adelantada que permite tener más seguridad en la atención de los pacientes aún con enfermedades llamadas terminales.
Por todo lo anterior es oportuno pedirle a usted que nos lee cada domingo acuda con su médico y sométase a un chequeo de rutina aunque presuma continuamente entre sus familiares que su salud es perfecta.
Recuerde que las hojas del calendario caen inexorablemente y que nadie es perfecto y nadie tiene la salud asegurada aún cuando tenga un buen vivir, pues las cargas genéticas el estrés de los días y la forma en que vive la sociedad actualmente propician las más inesperadas enfermedades.
Esta semana que se inicia no deje pasar el tiempo y vaya con su médico a darse una checadita, se lo agradeceremos todos, especialmente los seres que lo quieren.
