La palabra.
La que queda impresa.
La que no se lleva el viento o las ondas hertzianas.
Ni la que aparece hoy en las pantallas de su computadora.
Sino la grabada con tinta, con amor y con el corazón.
Esa palabra, lleno de orgullo y emoción nos la mostró este fin de semana una persona que apreciamos porque lucha por sacar adelante a su familia, llueve, truene o relampaguee.
José Refugio Domínguez sacó de una gran bolsa de plástico un álbum de cara azul conteniendo con gran orden y limpieza recortes de periódico con notas, fotografías y artículos de columnistas laguneros, y nos dijo.
Consulté con mi familia el deseo de mostrarle el mayor tesoro que tenemos en casa y cuidamos con especial esmero.
Aquí -don Miguel- está la historia de lo que ha pasado en La Laguna en los años sesentas y setentas, cuando mi padre, de oficio albañil, de los buenos, fue presidente de una Liga de Beisbol, la que manejó con amor total y además se dio a la tarea de recopilar notas, columnas y fotografías para que nosotros lo recordáramos, tuviéramos también cariño y respeto por el deporte en general, y como no hizo dinero nos dejó sus valiosas enseñanzas y este álbum donde aparecen artículos de usted, lo mismo del señor César Marina Miravalle, don Marcelino López, Jorge Serna Ramírez, Eduardo Gutiérrez y muchos más.
El álbum contiene muchas fotografías de equipos de beisbol, especialmente infantiles, así que sería interesante las vieran muchos laguneros que pueden estar grabados en el singular álbum, así que le vamos a pedir al estimado Cuco Domínguez done o preste su gran tesoro a la Galería del Deporte con el deseo de que los laguneros confirmen lo que en principio decimos al hablar de la palabra impresa.
