La Adversidad
¿Estamos preparados para enfrentarla?
Por lo general no.
Seguimos siendo una especie de niños que han crecido atados a muchos lazos protectores y cuando sentimos los reveces quisiéramos no crecer nunca y permanecer en estado infantil.
Pero la adversidad, parece acechar siempre al ser humano.
Desde que nace tiene que enfrentar problemas mil.
Y cuando llega a tener uso de razón empieza a darse cuenta que la vida no es fácil.
Recordamos la historia de un niño al que parecía perseguirlo siempre el infortunio.
Temprano él y su madre se enfrentaron a la vida casi solitarios.
Sin la protección paternal ambos lucharon por salir siempre adelante.
A ello se agregaron tragedias inesperadas como la muerte de familiares queridos, hermanos de la madre.
Luego apareció el crecimiento de la familia menor que necesitaba de atención educativa y ahí andaban la madre y el hijo haciéndose pedazos para sacarlos adelante.
La adversidad llega cuando menos se lo espera y es como un castigo que sorprende y daña.
Sin embargo es ella la que da fortaleza a espíritus especiales.
La que blinda y protege a quien sabe aceptarla y enfrentarla.
La adversidad está reservada para todos los humanos, para los débiles y los fuertes.
Aparecen junto a ella todo tipo de situaciones, llámense enfermedades, contratiempos o tragedias.
Por ello es necesario crecer y seguir haciéndolo cada día.