Cuando el 5 de octubre de este 2013, Año del Señor, inició la publicación de una serie de seis artículos dedicados a este servidor, todos en la casa de usted se preguntaban cómo haría para conseguir tantos datos que casi servirían para un libro, más quienes lo conocemos y sabemos de su gran capacidad de trabajo y sabemos de sus dotes de investigación como su gran compromiso con la verdad dedicando toda una vida a ese quehacer olvidando para ello las comodidades que antes tuvo con su negocio tan próspero cerca de la plaza principal de Torreón pero gracias a Dios nuestro Señor que entendió su verdadera misión en la mira como para la que lo había escogido el señor como un misionario especial se dedicó a escribir libro tras libro hablando con datos, fotografías y gráficas tomadas de los originales para dejarnos muchas historias lo mismo de lugares que personas y personajes, y no sabemos si éstas sus obras tan valiosas las tengan las escuelas, universidades y hasta los mismos gobiernos, estuvimos varias veces en su hermosa casa de Torreón Jardín con bibliotecas por todas partes recordándonos el hogar del maestro Mario de la Cueva en la Ciudad de México a donde íbamos todos los sábados a elaborar nuestra tesis de Derecho del Trabajo y cuyo domicilio en la Colonia del Valle está lleno de libros que no cabían en ninguna parte y hasta en los techos los tenía, así era el hermoso hogar que tenía usted Don José.
Un día sorpresivamente nos enteramos que cambió de domicilio por cuestiones económicas y que su vivir no le molestó sino que por el contrario le agradó más pues con penurias acompañado de su familia cambió su domicilio a un lugar más popular.
Don José nos referiremos a unos artículos que usted redactó a nuestra persona, en el segundo habla usted de cómo bautizamos un lugar cercano a Ceballos, Durango llamado La Zona del Silencio, en el tercero habla usted de artículos interesantes como las reliquias al aire libre que están en el Cerro Bola y que terminan cerca de Parras ahí habla de cómo la Colonia Árabe de la Ciudad de Lerdo donó un monumento para dar su agradecimiento, en el cuarto menciona usted la muerte de nuestro querido padre Don Roberto Ruelas.
En el quinto se refiere a una unidad deportiva que nunca se construyó no sabemos por qué.
En el sexto termina usted señalando algunos de los reportajes de los cientos que escribimos como hablando por ejemplo de nuestros viajes a conocer países y lugares para mejorar El Siglo como Estados Unidos, Francia, Alemania, Austria entre otros, así como, la corrediza que nos dieron en Nueva York, invitación que nos hicieron para conocer las Plataformas Petroleras donde Harry de la Peña y este servidor hablaron sobre la Zona del Silencio y muchos más interesantes.
Don José usted merece homenajes que le rindan los particulares por lo que vale usted las empresas a las que ha ayudado con sus biografías y datos.
Y aquí viene a nuestra mente una frase que hiciera famosa nuestra hermana Martha cuando empezó a recibir homenajes este servidor con diplomas estatuillas y pergaminos ella decía, La lana hermano para qué queremos tantos papeles.
