La catedral de Cuernavaca es de arquitectura franciscana.
Teniendo un poco de tiempo, no hay pretexto para darse el gusto de viajar.
David sabe sacarle provecho a cualquier destino con pocos pesos. En la bolsa, traemos 200 pesos, pero antes, tuvimos que desembolsar 450 para un recorrido guiado a Cuernavaca.
Con mochila al hombro, nos encaminamos al centro, donde la historia se empieza a contar entre los muros del Palacio de Cortés. Sobre lo alto de la colina que dominaba la ciudad, se construyó el edificio. David, amigo y guía, dice que ese gran bloque de piedra era la casa de reposo de Cortés y después de Maximiliano de Habsburgo.
Desde 1974, se convirtió en museo. Con los restos del teocalli tlahuica, de los murales de Diego Rivera y de la colección de objetos de distintas épocas, se explica por sí sola la relación importante del destino con la Ciudad de México.
Después de ese paseo, tomamos un receso en Cafeto. El aroma que desprenden los capuchinos se expande hasta el Jardín Borda. La variedad es amplia, podemos mezclar el café cremoso con rompope, frutas naturales y whisky. Nuestra gula alcanza para una rebanada de pastel de tres leches. Los primeros 50 pesos se van de nuestros bolsillos.
La segunda parada nos lleva al Jardín Borda, construido por el minero más rico de México, José de la Borda, el mismo que dejó su legado labrado en la cantera rosa de Santa Prisca, en Taxco. Meditamos entre rosas, gladiolas, nochebuenas, árboles de mango y fuentes. Se exhiben ropas y documentos del Imperio de Maximiliano.
Nos subimos al tren turístico para dar un paseo por toda la periferia, el principal objetivo es apreciar la traza urbana que llaman "plato roto", se traduce en calles pequeñas y serpenteantes, como si fueran grietas de cerámica. El estómago reclama alimento; le damos nuestro voto de confianza al mercado.
Es difícil escoger entre panes artesanales, quesadillas, cecina y tacos acorazados. Nuestro menú de cuatro tacos con refrescos incluidos nos sale en 70 pesos.
El presupuesto restante lo gastamos en una copa de vino de Don Vito, una trattoria frente a la catedral; el templo y sus murales se convierte en el punto final del día.
Vámonos
QUIÉN TE LLEVA. Rec, recorre y descubre. Costo: 450 pesos por persona, incluye
transportación, entradas y guía.
RESERVACIONES: www.recorreydescubre.com