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De mujeres y gays

GENARO LOZANO

Sorrento.- Italia es un país ridículamente bello. Tanto que hay quienes dicen que este país es "la Disneylandia de los adultos". Lo cierto es que su belleza ha inspirado a las estadounidenses Susan Sontag a escribir la novela "El amante del volcán", a Patricia Hinghsmith a hacer lo propio con "The Talented Mr. Ripley" o a colombianos como Fernando Vallejo a narrar su paso por la capital italiana en "Los caminos a Roma". Y qué decir de la inspiración italiana en el cine, con William Wyler y el clásico cursi "Roman Holiday" o más recientemente Woody Allen y su tributo a la capital italiana en "To Rome with Love". Italia inspira lo mismo a Madonna, cuya carrera no podría entenderse sin el legado del drama visual de la italiana Mina. Italia inspira a arquitectos, artistas, cocineros, diseñadores, músicos y a un sinfín de personas más. ¡Y cómo no!

Sin embargo, detrás de toda esa belleza, detrás de comer bien en casi cualquier esquina, detrás de la espectacularidad de los paisajes con acantilados en la costa amalfitana o del físico de sus hombres y mujeres, Italia esconde y arrastra problemas en torno al machismo, la misoginia y la homofobia, tres conductas que usualmente van de la mano y que se viven en las calles del acaudalado y ordenado norte italiano, pero que son problemáticas más profundas en el caótico y menos rico sur de la península.

El caso más reciente de violencia contra las mujeres en Italia terminó con la vida de una adolescente de quince años. Se llamaba Fabiana Luzzi y fue acuchillada en veinte ocasiones por su novio de diecisiete, quien después le prendió fuego, sólo porque el asesino era celoso. El feminicidio ocurrió apenas la semana pasada en un pueblo en la sureña región de Reggio Calabria, justo cuando el Senado italiano discute si ratifica o no la Convención de Estambul, un instrumento multilateral que se negocia a través de ONUMUJERES y que busca poner fin a la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica en el mundo. El caso de Fabiana tristemente ha puesto en el radar de la discusión pública el que el Senado italiano ratifique el instrumento cuanto antes.

La organización de la sociedad civil "Casa delle donne" (Casa de las mujeres) es tal vez la más grande e importante ONG italiana que lucha contra la violencia de género y reporta que en 2012 se registraron unos 124 feminicidios, al tiempo que en 2011 unos 129. En lo que va de 2013 van ya 50 casos de mujeres que han sido ultimadas con violencia, como el caso de Fabiana. Por ello, la relatora especial de ONUMUJERES ha reiterado la necesidad de que el Senado italiano ratifique Estambul cuanto antes y que el gobierno italiano se tome más en serio el problema de la violencia contra las mujeres y de la violencia doméstica.

De igual forma, este mes se celebra en Italia el mes del orgullo gay. Los italianos viven una extraña relación con la homosexualidad. La iglesia católica, particularmente El Vaticano, tiene una influencia dominante en todo el país y la posición del Papa Bergoglio respecto a la homosexualidad es la misma que la de su antecesor y la del que antecedió a éste: un cerrarle las puertas de la fe católica a gays, lesbianas, bisexuales y trans. Por ello, la vida gay en Italia sigue siendo un enorme clóset de cristal, "discreta", escondida y siempre con doble cara. Lo mismo en Nápoles, donde la vida nocturna gay está prácticamente secuestrada por dos mafias que controlan las fiestas los fines de semana, en discotecas que cambian de sede cada sábado y domingo, que en Roma, donde pese a que ya existe una "calle gay" a lado del Coliseo, con dos bares y una heladería "de osos" (hombres homosexuales que llevan el sobrepeso el vello con orgullo), El Vaticano sigue imponiendo su moral y condenando a quienes viven una sexualidad distinta a la heterosexual.

Por ello, los activistas de la diversidad sexual de la asociación "Arcigay" intentan combatir la homofobia de la iglesia católica y de la cultura italiana moviendo la sede de la marcha del orgullo cada año. Este 2013 la marcha será precisamente en Nápoles, a 30 kilómetros de Sorrento, donde todavía apenas hace cinco años, Marco Fiorentino, el alcalde de esta pequeña ciudad de costa, decía en público que "en Sorrento no hay tantos gays y que esperaría que los que hay no se besen en las plazas públicas, delante de la gente". Las declaraciones de ese alcalde provocaron entonces un besatón contra la homofobia, al que se sumaron algunas parejas heterosexuales.

Italia a fin de cuentas. Bella imposible. Uno de los países que más turistas atraen al año en el mundo, el país que le canta a sus mujeres y en el que los hombres son tan ambiguamente metrosexuales, pero en el que siguen dándose los casos más alarmantes de violencia de género en la Unión Europea y en el que los hombres pueden traer jeans apretados, ceja depilada, tener sexo con otros hombres, ya que "si son activos no cuenta", y aun así ir el domingo a misa con la novia a rezarle a la Madonna. ¡Mamma Mía!

Politólogo e Internacionalista

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