El delantero regio toma su cambio como un reto. (Jam Media)
El atrio principal del Estadio Omnilife es el escenario donde Chivas presenta a sus refuerzos. Algunos han regresado luego de estar prestados en otros equipos y son los primeros en aparecer: Giovani Casillas, Omar Esparza, Víctor Hugo Hernández, Antonio Gallardo, Édgar Solís. Después, se da la bienvenida a Néstor Vidrio, el nuevo número 2 del Rebaño. La expectativa toca su cumbre.
Lo mejor queda para el final. Lo que esperan tres mil 200 aficionados reunidos para aplaudir al que antes de disputar un solo partido ya es un nuevo ídolo en el Guadalajara. Se anuncia al delantero Aldo de Nigris. La ovación explota. También el grito de "¡Chivas, Chivas!". La prominente cabellera se mueve al ritmo de sus pasos. Levanta la mano para saludar.
Recibe la camiseta rojiblanca precisamente de manos de un aficionado. Se la pone de inmediato. Quieto para las fotografías, por un instante. Media vuelta. El número 11 ya cubre su espalda, como lo hará por los próximos tres años que ha firmado con el Rebaño Sagrado. Los gritos no paran.
"No tenía necesidad de salir del Monterrey, acababa de firmar un contrato importante, pero cuando veo esta posibilidad, no lo pensé, lo tomo como un reto muy importante", señala el atacante.