Siglo Nuevo

De pastas y dientes

SALUD

De pastas y dientes

De pastas y dientes

Roberto Iturriaga

Sabemos que un cepillado firme y eficiente, una correcta técnica de limpieza bucal y el uso de enjuagues e hilo son importantes para mantener boca y dientes sanos. Sin embargo no todos atendemos otro factor esencial: la pasta dental que utilizamos.

Incontables personas invierten parte de su tiempo en elegir una crema corporal especial para su tipo de piel; un champú adecuado a su cabello, lociones, jabones y otros artículos de aseo personal, pues la mayoría busca no sólo mantener hábitos de higiene sino obtener un extra, un efecto benéfico que les garantice el bienestar integral. Los fabricantes lo saben y es por ello que ofrecen una muy amplia oferta de opciones y marcas.

Pero igualmente es cierto que existen individuos (quizá predominan) que no ponen atención a otro artículo de uso diario: la pasta de dientes, pasando por alto que se trata de uno de los productos más importantes para el cuidado personal.

VIEJA COMPAÑERA

Para hablar del origen de las cremas dentales tendríamos que remontarnos hasta civilizaciones como el antiguo Egipto. Los historiadores establecen que fue hace más de 3,000 años cuando los habitantes de ese pueblo empezaron a integrar algunos elementos como hojas de menta, polvos de flores trituradas y sal, en una mezcla que utilizaban para frotar periódicamente sus dientes, a fin de tratar de eliminar la placa y el sarro.

Eventualmente tales preparaciones se fueron sofisticando. Cada vez se les agregaron más sustancias provechosas para la salud bucal y su uso fue instituyéndose como una costumbre general, de tal forma que a principios del siglo XIX su empleo se había popularizado en prácticamente todo el mundo, y se comercializaba ya en los empaques (tubos) que aún se estilan.

LA ‘RECETA’ BÁSICA

Con el paso del tiempo surgieron más y más marcas; hoy se cuentan por cientos las variedades de dentífricos disponibles en el mercado. Entre ellos hay una amplia diversidad de ingredientes, si bien hace años que tienen uno en común: el flúor.

Este mineral es el principal auxiliar en la prevención de enfermedades como la caries, padecimiento que a lo largo de las décadas ha costado la vida de millones de personas debido a las complicaciones que conlleva (sin exagerar). Además, ayuda a que el esmalte de los dientes no se cubra de sarro. Pese a tales bondades, es básico revisar siempre que dicho mineral no se encuentre en exceso en la pasta que adquiramos. Las autoridades de salud a nivel internacional establecen como máximo permitido un 0.2 por ciento; si se consume una con valores superiores hay riesgo de padecer fuertes efectos abrasivos en encías y dientes.

Las pastas también cuentan con los llamados pirofosfatos, usualmente incluidos para prevenir la formación de sarro y depósitos del mismo en cada rincón de la dentadura. Todo buen dentífrico precisa contar con esa sustancia, que sólo eliminará los depósitos de sarro blando. Es decir, si una dentadura tiene sarro endurecido (que suele formarse por omisiones en el cuidado bucal, alimentación deficiente y cuestiones ambientales) sólo se removerá a través de limpieza profesional.

Las pastas modernas pueden incluir triclosán, químico utilizado contra la placa bacteriana, misma que se manifiesta como una película incolora y pegajosa que se forma constantemente sobre los dientes y es la causa principal de enfermedades de las encías, llegando a ocasionar la caída de los dientes.

No pueden faltar los agentes humectantes que previenen la pérdida de agua en el producto y otros ingredientes que le dan cuerpo, evitando la separación de sus componentes.

En resumen, tales elementos son las bases a revisar antes de comprar una crema dental; podría decirse que de contenerlos (en las cantidades adecuadas), garantizan que se trata de una alternativa favorable para la salud de los dientes. Pero hay más.

MODERNIDAD EN TUBO

Actualmente se fabrican pastas que además de lo anterior contienen agentes blanqueadores, eliminadores de sensibilidad y mejoradores del aliento, entre otros.

Por ejemplo, para tratar la hipersensibilidad hay dentífricos que incluyen nitrato de potasio, citrato de sodio o cloruro de estroncio. La presencia de cualquiera de esas sustancias ayuda a prevenir el dolor por fracturas en los dientes, nuevas caries o aparición de zonas sensibles por problemas nerviosos.

A su vez, los elementos pulidores son usados para eliminar las manchas. Los más utilizados son óxido de aluminio, carbonato y fosfatos de calcio, entre otros. Son eficientes para dentaduras muy manchadas, mas no deben emplearse cuando hay zonas sensibles. El bicarbonato de sodio también actúa como un abrasivo leve si se administra en concentraciones adecuadas a las normas de salud.

Por su parte, las cremas que mejoran el aliento generalmente incluyen saborizantes como menta, hierbabuena y edulcorantes artificiales.

Los especialistas señalan que antes de arrojar una pasta al carrito del súper, lo ideal sería tomarse unos minutos para analizar con detalle sus componentes, pues sin duda cada persona tiene necesidades específicas que son o no satisfechas con la elección del dentífrico. Incluso se sugiere revisar si el empaque ostenta el sello de algún organismo internacional. Varias instituciones a favor del consumidor han reconocido a una gran cantidad de marcas que se apegan a las recomendaciones de médicos y especialistas, por lo cual si el producto tiene su respaldo es posible confiar en que resultará de uso más seguro para el público en general.

Por otro lado, la comunidad médica emite constantemente recomendaciones a la población, en cuanto a no recurrir a sustancias innecesarias como los blanqueadores o pulidores en menores de edad e individuos que padecen de hipersensibilidad. Quienes sufren de dicha condición necesitan consultar a un odontólogo antes de adquirir una marca en específico. De no hacerlo se exponen a complicaciones en los puntos nerviosos, afectaciones a las encías o alteraciones a las fisuras dentales.

MÁS ALLÁ DE LA ESTÉTICA

El sentido común indica que las pastas más económicas quizá no cumplan con las especificaciones esenciales, mas no es necesariamente así; a la vez, un alto costo tampoco garantiza la mayor eficacia, de ahí la importancia de revisar qué contiene cada producto.

Recordemos que el objetivo principal debe ser la prevención de enfermedades y de la formación de placa dentobacterina. Aspectos como un mejor aliento y la sensación de frescura son algo adicional a las ya citadas características primordiales. En el mismo tenor, el hecho de que una marca ofrezca tal sensación por una duración prolongada (seis a 12 horas) es meramente secundario.

Vale la pena mencionar que un mal aliento persistente puede ser originado por otros problemas de salud, por eso más que adquirir cremas con saborizantes fuertes es indispensable acudir con un médico, quien valorará la necesidad de una revisión gastrointestinal o sólo bucal.

Ahora que ya sabe la importancia de analizar qué pasta va a comprar, no deje esta decisión en manos de un comercial o una campaña publicitaria, ni se base sólo en los beneficios estéticos: vigílelos, pero anteponga su salud y requerimientos personales. Desde luego, no pierda de vista que además de un dentífrico adecuado también es fundamental tener un buen cepillo y dominar la técnica de limpieza. Aunque parezca increíble, numerosas personas de todas las edades no saben cepillarse bien. Pida asesoría a su odontólogo.

Correo-e: riturriaga@elsiglodetorreon.com.mx

Fuente: Médica Odontóloga María del Carmen García Salazar.

Leer más de Siglo Nuevo

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Siglo Nuevo

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

De pastas y dientes

Clasificados

ID: 838313

elsiglo.mx