Una niñita de 11 años se estaba confesando. "Me acuso, padre -le dijo al sacerdote-, de que cometí el pecado original". "¡Santo Cielo! -exclamó con alarma el señor cura al recordar el pecado de carne de Adán y Eva-. ¿Cómo pudiste cometer a tu edad tan grave falta?". Responde la niñita: "Es que la manzana que mi mamá le había guardado a mi papá se veía muy sabrosa, y no pude resistir la tentación de comérmela"... A aquel sujeto le decían "El Desafinado". Era hijo de una mujer de mala nota... "Mi esposa Pomponona -comentó un señor- pesa 140 kilos. Está montando a caballo para bajar de peso". "¿Y ha dado resultado eso?" -pregunta alguien-. "En cierta forma sí -respondió el señor-. El caballo ya pesa 60 kilos menos"... Pompilia fue al parque a pasear a su perrita. Ahí encontró a Libidio, que también paseaba a su perro. En otro tiempo el tipo y la muchacha habían tenido amores, y decidieron recordarlos atrás de unos arbustos. Los dos perritos contemplaron aquella ardiente escena pasional. Le dijo la perrita al perrito, algo apenada: "Ni modo. Hacen lo que les dicta su instinto. A ver si no se quedan pegados"... Ortega y Gasset, ese filósofo al que muchos aún siguen citando y al que ninguno lee ya, escribió algo que parece enigma, acertijo o adivinanza. Dijo: "El caballo, cuando nace, estrena su ser caballar. El hombre, cuando nace, no estrena su ser humano". Quería decir aquel maestro insigne que el caballo que nace hoy es como el que nació hace un siglo, o dos, o tres. El hombre que nace hoy, en cambio, se distingue grandemente no sólo del hombre que nació hace un siglo, sino del que nació apenas en la generación pasada. Y es que el caballo no tiene el don de la palabra. Por virtud de ella el hombre conserva todo lo que los hombres anteriores han creado, y de ese modo somos lo que fueron los hombres de todos los tiempos, y no necesitamos ya crear lo que ellos crearon. La palabra, en efecto, sería divina si no fuera tan humana, como dijo Cervantes al hablar de La Celestina. A muchos les preocupa el mal uso que en los modernos artilugios electrónicos -iPod, iPad, iPhone, ietcétera, ietcétera, ietcétera- se está haciendo de las palabras. A mí eso no me preocupa, pues sé bien que quien hace el lenguaje es el pueblo, y sus creaciones son las que transforman ese ser vivo, la lengua. Me divierte el culteranismo de algunos puristas que han olvidado ya que el latín del cual deriva nuestro idioma no fue el latín culto, el que empleaban los escritores y juristas, sino el latín vulgar, el de la soldadesca, el de los campesinos. Machado dijo aquello de que todo lo que no es popular -o sea del pueblo- está destinado a desaparecer. Bienvenidas sean esas nuevas aportaciones, pues están transformando ya nuestro. Al paso del tiempo, creo, lo harán más simple y eficaz. Lo demás son inútiles quejas... El señor trataba de enseñarle a su hija adolescente algunos principios para vivir bien. "Y es necesario que sepas desde ahora, Dulcilina -le dijo con grave entonación de moralista-, que el dinero no puede comprarlo todo". "Pero las tarjetas de crédito sí, ¿verdad?" -remató la chiquilla... Babalucas comentó: "Qué bueno que van a desaparecer los radios AM. Sólo se podían oír en la mañana"... Doña Burcelaga se enteró de que su hija andaba con un nuevo novio. "¿Y tiene principios ese joven?" -le preguntó. "Supongo que sí -respondió ella-. Lo que no sabe es cómo llegar al fin"... "Papá -dijo el muchacho-. Aquí está un señor. Dice que es abogado de una compañía a la que le debes dinero". "Ahora voy -respondió el papá-. Ofrécele una silla". "La silla no es suficiente -le aclaró el chico-. El abogado dice que viene por todos los muebles"... Juanilito le dijo a Pepito: "Le llevé a la maestra una manzana, y me dio un beso". Se queda pensando Pepito y dice luego: "Mañana yo le voy a llevar una sandía"... El severo padre de familia estaba amonestando a su hijo, a fin de incitarlo a la práctica de la virtud. Le dijo: "Yo jamás hice el amor con ninguna mujer hasta que me casé con tu madre. ¿Podrás decirles tú a tus hijos eso mismo?". "Sí -respondió el muchacho-, pero a lo mejor a mí sí me va a ganar la risa"... FIN.