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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

En el bar del hotel la solitaria muchacha bebía su copa. Un tipo llamó al barman y le ordenó que le llevara otra de su parte. La chica, molesta, le dijo al galanteador: "¿Crees que con una copa puedes llevarme a la cama?". Le pide el tipo: "Dime con cuántas"... La actividad sexual de los varones franceses está determinada por tres letras. Esas letras, presentes siempre a lo largo de su vida, son: MMS. Veamos. De los 20 a los 30 años, Matin, Midi et Soir. Es decir, mañana, mediodía y noche. De los 30 a los 50, Mardi, Mercredi et Samedi. Es decir, martes, miércoles y sábados. De los 50 a los 60, Mars, Mai et Septembre. Es decir, marzo, mayo y septiembre. Y, de los 60 en adelante, Mon Merveilleux Souvenir. Es decir, Mi maravilloso recuerdo. Se presentó una ancianita en la Oficina de Permisos y le dijo al encargado: "Quiero abrir una sala de masajes. ¿Qué necesito?". El funcionario se asombró. La edad de la solicitante, y su apariencia, no cuadraban con el giro mencionado: ya se sabe que bajo el nombre de "sala de masajes" se ocultan a veces negocios de otra índole. Así, el hombre vaciló un poco al responder. "Lo primero que deberá usted obtener -le dijo- es un permiso de uso de suelo". "No lo necesitaremos -replica la viejecita-. Vamos a usar camas"... Desde luego no hay nadie en el mundo que pague gustosamente sus impuestos. Aun en los países más avanzados la gente aporta de mala gana sus contribuciones. Y es que los golpes al bolsillo duelen más que los golpes allá donde les platiqué, y más si esos golpes te los da el Estado. En otras naciones, sin embargo, los ciudadanos tienen una compensación: ven sus impuestos convertidos en obras de beneficio colectivo. Aquí, en cambio, los mexicanos sabemos que nuestros impuestos sirven para el sostenimiento de una casta de políticos que pesan gravemente sobre la economía nacional. Somos un país pobre, paupérrimo, y tenemos partidos políticos ricos, riquísimos. Las prerrogativas que reciben esas organizaciones son en verdad insultantes. Si a eso le añadimos el alto costo del aparato electoral, ya se verá que la política nos sale muy cara. Lo peor de todo es que no habrá remedio para eso, pues lo primero que hacen los legisladores -senadores y diputados- es ver por el interés de su partido, y no por el bien de México y de los mexicanos. Dicho de otra manera, estamos ligeramente jodidísimos... Aquel señor era metódico en extremo, y puntual como un casero. Todos los días iba al club deportivo y se tiraba a la alberca exactamente al dar la una de la tarde, ni un minuto antes ni un minuto después. Cierto día llegó a cumplir con aquel rito, pero a la orilla de la piscina encontró a dos guapas chicas que le hicieron conversación. Tan amena era la charla que se le fue el tiempo al metódico señor. Miró de pronto su reloj: marcaba ya la 1.45. Les dijo a las muchachas: "¡Caramba! Ahora tendré que tirarme a las dos"... Un par de mexicanos que vivían en Houston fueron contratados para arreglar un jardín en la central de cohetes de la NASA. Acostumbraban beber al mediodía un traguito de tequila a fin de ganar fuerzas para cumplir la jornada vespertina. Uno de ellos halló un recipiente con combustible del usado en los cohetes, y se le ocurrió la peregrina idea de ponerle al tequila unas gotas de ese líquido, a ver qué se sentía. Bebieron, pues, sus traguitos, y luego regresaron al trabajo cada uno por su lado. De pronto sonó el celular de uno de ellos. "Compadre -le preguntó el otro, que era el que llamaba-. Después de que nos tomamos el tequila ¿ha soltado usted algún aire?". "No, compadre" -respondió el del teléfono. "Ni lo suelte -le aconseja el otro-. Le estoy hablando desde Buenos Aires, Argentina"... Sigue ahora un relato sumamente impropio. Las personas que no gusten de leer relatos sumamente impropios deben suspender aquí la lectura, o continuarla a su riesgo... El director de la fábrica de detergentes hizo venir al encargado de producción y le dijo: "Lo felicito, ingeniero. Ese nuevo detergente que usted desarrolló es tan suave para la piel que mi secretaria lo está usando en su aseo personal". "¡Qué buena noticia me da, jefe! -se alegra el otro-. Verá: usted y la muchacha se encerraban en la oficina. Al salir usted traía siempre la boca llena de espuma. ¡Y yo estaba pensando que era rabia!"... (No le entendí)... FIN.

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