Meñico Maldotado, infeliz joven con quien la naturaleza se mostró avara en la parte correspondiente a la entrepierna, contrajo matrimonio con Pirulina, muchacha dueña de bastante ciencia de la vida. Al empezar la noche de las bodas el recién casado se presentó por primera vez al natural ante su flamante mujercita. Le miró ella la aludida parte y luego dijo: "Siempre oí a mi papá decirle a mi hermano adolescente que si fumaba no le crecería su parte de varón. Tú fumaste mucho ¿no?"... La artista de Hollywood se iba a casar. Le preguntó una amiga, estrella cinematográfica también: "¿A qué horas será la boda?". Responde la otra: "A las 8 de la noche". Le aconseja la amiga: "Cásate mejor a las 8 de la mañana". "¿Por qué?" -pregunta la actriz. Le explica la otra: "Porque de ese modo si la cosa resulta mal no pierdes todo el día"... La mamá de Pepito iba a tener bebé. Pensó que ya con dos hijos la casa en que vivían resultaría demasiado pequeña, de modo que le dijo a su marido: "Está por llegar el niño. Tendremos que irnos a otra casa". "Es inútil -intervino Pepito-. De cualquier modo nos va a encontrar el güey"... Jactancio, sujeto fanfarrón, vanidoso, elato y presumido, tuvo un trance de amor con una linda chica. Al terminar las acciones le dijo: "Sé que esto fue maravilloso para ti, preciosa. Pero dime: ¿cómo fue para mí?"... Una de las primeras cosas que se aprenden en Teoría del Estado, asignatura que se cursa en la hermosa carrera de Derecho, es que el Estado tiene, dentro de su territorio, el monopolio de la fuerza legítima. Eso es consecuencia de la soberanía que detenta igualmente en modo exclusivo. La violencia y criminalidad en que estamos inmersos pueden hacernos caer en la tentación de ver con buenos ojos a los grupos llamados de autodefensa, esas bandas armadas que se erigen motu proprio en guardianes de una comunidad. Cuidado. Esas partidas pueden volverse tanto o más peligrosas que las bandas contra las cuales se levantan. Desde luego quienes están viviendo una situación extrema tienen derecho a la legítima defensa. Recuerdo una vieja película de Ernest Borgnine llamada en español, si mi memoria no claudica, "Un sábado violento". En ella un hombre pacifista, perteneciente a un grupo religioso que rechazaba toda forma de violencia, recurre a ella cuando ve amenazada a su familia. Sólo que es muy difícil controlar esos modos de hacer frente a la criminalidad. La ley en manos de particulares termina siempre por volverse riesgo. Lo mejor es que los ciudadanos se organicen no para enfrentar ellos mismos a los delincuentes, sino para exigir la presencia de la autoridad en su defensa. Lo demás es crear problemas que las mismas comunidades sufrirán después. No está por demás repetir aquella ominosa palabra de advertencia: cuidado... Don Abdómeno se vio al espejo. Era ventripotente, no cabía duda, pero él trataba de disimular su tripicario usando ropa holgada. (¡Loor eterno al hombre -panzón seguramente- que inventó la guayabera!). A don Abdómeno le preocupaba su barriga, pues algunos amigos se la hacían notar con toda suerte de burletas y chocarrerías. Hacía mal en inquietarse: con decir que lo suyo no era panza, sino callo sexual, habría salido airoso de las cuchufletas. Cierto día en que las bromas menudearon más que de costumbre don Abdómeno le preguntó a su esposa: "¿De veras estoy muy gordo?". Respondió ella: "Tienes el cuerpo común". "¿De veras?" -se ilusionó el gordinflón. "Sí -confirmó la señora-. Com' un marrano"... El joven marido llegó radiante a la oficina: "¡Felicítenme! -dijo a sus compañeros, exultante-. ¡Ya somos tres en casa!". "¡Fantástico! -se acercaron todos a abrazarlo-. ¿Qué fue? ¿Niño o niña?". "No -aclara el feliz joven-. ¡Mi esposa por fin consiguió muchacha que le ayude!"... El doctor Mayeuto, ginecólogo, le practicó un examen concienzudo a la chica que se le presentó como doncella señorita virgen. Después de concluir su estudio, y del modo más cauteloso posible, le dio a la muchacha su diagnóstico. "Está usted embarazada -le informó-. Y va a tener gemelos". "¡No es posible! -profirió ella-. ¡Lo único que ha hecho mi novio es mirarme!". "Ya entiendo -declara el facultativo-. Ha de ser de mirada penetrante, y bizco"... FIN.