Qué revuelo ha causado el discurso de Jodie Foster en los Globos de Oro: Básicamente porque 'ratificó' (amo esa palabra) sus preferencias sexuales que, la verdad, ya nos las sabíamos. Le gustan las mujeres. Hay instantes que soy más sensible que sexual, así que me emocioné más cuando le dedicó el premio a su madre que sufre demencia senil y ya no la reconoce. Eso sí está duro, no el amor a las semejantes.
Jodie salió del clóset hace años. Recuerdo que me alegré muchísimo cuando salió el rumor de que estaba envuelta en un triángulo amoroso con la actriz Kelly McGillis y la maravillosa Whitney Houston. No sé, me ponía de buenas imaginarlas en pleno trío cantando "And I Will Always Love You".
Un día, para entender mejor a mis amigas que se enamoran de mujeres, me compré un libro llamado "El Manual de la Buena Lesbiana", de Ana Francis Mor. Como el prólogo es de la aguerrida Lydia Cacho, yo dije "es un libro serio". Debo decir que cuando se los enseñé a mis amigas lesbianas no les hizo ni gracia, no entendí muy bien por qué, pero a mí me ha iluminado en momentos. Hay dos frases incluidas en la obra que me encantan: "Lo único definido y definitivo es la depilación láser" y "todas somos lesbianas en potencia" (¡ya decía yo!). ¿Será? Lo que yo digo es que si un buen día me gana la 'potencia', no me gustaría estar con Jodie Foster. Yo me iría sobre Sandra Bullock que es la que me gusta o directamente por Julia Roberts, quien tiene la mejor sonrisa del mundo.
Es que me van a perdonar, pero la multipremiada Jodie parece un señor y ya si te vas a cambiar de acera y decantar por la señoras, pues escoges a una que lo parezca y no una que te recuerde a tu ex marido. Digo yo.
Además, tengo mis reservas con la Foster porque me ha mortificado desde niña. Cuando tenía como 10 años vi una película suya que se llamaba La Niña del Caserón Solitario (The Little Girl Who Lives Down The Lane). Lo que habrá sudado el pobre señor que ponía las letras en la marquesina para que cupieran todas, era un cine chiquito en la escandalosa Zona Rosa. Sí, a los 10 ya me paseaba por aquellos lugares y me educaba para la vida. Pues en la cinta, Jodie era una niña que, como el nombre lo indica, vivía sola, en medio del terror, abandonada. Primero te daba mucha pena, pero luego se descubría que la soledad era por vil gusto porque, en realidad, era una niña asesina que había matado a todos y escondía los cuerpos en el sótano. Y esas escenas, aunque seas una chiquilla tremenda y precoz, te marcan.
Después de superar el trauma, la vi en Acusados y se me quitaron las ganas de ir a los billares, que tanto me gustaban a los 22 años. Pensaba: "¿Y si me quieren violar en plena carambola?". Claro que yo me vestía más retacada, digo, recatada, que Jodie en dicha película. Sobre todo porque mi mamá siempre me decía "hija, date a valer". Y esta columnista a veces hace caso a los consejos.
Total, que siguieron El Silencio de los Inocentes (que ahí sí me gustó la Foster) y varias más. Pero ¿no les parece que la actriz siempre pone la misma cara? ¿O soy yo la del problema? Me sumo feliz al reconocimiento por sus 47 años de trayectoria y desde aquí le aplaudo sin parar, pero me preocupa que tenga el mismo gesto cuando habla con un psicópata, cuando la violan, cuando mata a alguien, cuando se queda viuda o cuando se comunica con los extraterrestres. Por supuesto, sabrán que no soy actriz, pero pienso que se siente diferente el sexo multitudinario que platicar con los marcianos.
Cosas que se me ocurren.