Dicen que en la vida tiene que haber de todo. Por un lado, sale de circulación Benedicto XVI y, por otro, llega un video sexual de Adele. ¡Pecados en oferta!
Esta es la última semana del Papa en Roma, así que prepárense porque inicia la temporada del vocabulario del vaticano. Ya saben, escucharemos todo el día cosas como cónclave, fumarola, primado, Habemus, Castelgandolfo, canónica, apóstol y camarlengo. Yo digo que es el gran momento para aventar esas palabras en las conversaciones, si no, ¿cuándo? Por ejemplo, confieso que descubrí el ‘Habemus’ cuando murió Juan Pablo II y desde entonces lo uso muchísimo y siempre quedo bien. Hay personas que me ven como diciendo “mira cuánto vocabulario tiene, yo que pensaba que las de la tele son tontas”.
Y mientras acomodan la agenda de todos los cardenales para el ‘cónclave’ (léxico, léxico) pasaré a otro tema que me tiene en el ‘sin vivir’ desde el domingo. Estaba viendo tranquilamente los Óscares y, cuando cantó Adele, pensé “a esta mujer le pasa algo, qué desangelada se ve”. No sé, llámenle intuición o quererle ver tres pies al gato. El caso es que me puse a investigar el motivo y ¡lo encontré!: circula en todo el mundo un video pornográfico de la cantante. Pobre, en lugar de concentrarse en las notas de “Skyfall”, seguro pensaba “Hugh Jackman ya me vio desnuda”.
Debo decir que las imágenes que publicó un diario francés son fuertes y de mal gusto (porque hay videos sexuales bonitos), donde supuestamente la británica se ve en plena relación sexual en el asiento trasero de un automóvil. Dicho sea de paso, y por aportar puntos de vista, en actitud gozosa y placentera. Ay la vida, la vida.
A simple vista, creo que no se trata de Adele. Pero mis amigas, que para criticar mujeres y hacer comparaciones son peor que cualquier grupo entrenado de inteligencia, aseguran que “¡claro que sí es!”. Yo digo que no, que la mujer del video es muy gorda y las facciones no son las mismas. Aunque alguien dijo “es que cuando tienes orgasmos se te desfigura la cara”. Es uno de esos comentarios que te cambian la vida.
No quiero describir con detalle a la ‘Adele’ del video, ni completa ni en partes, porque no se trata de asustar a los lectores de esta columna, pero la mujer tiene soltura. Es un ‘acto muy completo’, con todos los elementos que implica el sistema que Dios creó para embonar partes y órganos (¡qué difícil es escribir a veces! Una palabra de más y se te derrumba la imagen).
Por supuesto, el equipo de Adele niega que sea la protagonista y ya amenazó con emprender acciones legales contra la publicación y quien resulte responsable. Por cierto, el principal sospechoso es el ex novio de la cantante, un señor que tiene nombre de electrodoméstico, Mr. Sunbeam. Pues ya veremos. Yo lo que digo es, te ganaste un Óscar, que lo demás se te resbale.
Y mientras mis amigas desmenuzaban el video de adelante para atrás y de atrás para adelante (en reversa sube dos tonos), yo mejor fui, en plan madre e hijo, al concierto de Jamiroquai, que es una maravilla. Hubo un momento en que Jay Kay nos pidió cantar con él “we’ll spend the night together, wake up and live forever” y pensé ‘aquí se acabó la fiesta’ porque mi inglés de los lunes no es muy fluido, pero en eso vi a Martha Debayle y me alegré de que ella nos salvara ante los ingleses con esa pronunciación gloriosa y sexy. Pero Martha, la Debayle. ¡No cantó! Ya les digo, hay días que la vida no te ayuda.