No saben qué pesadilla. ¡Soñé que era la mamá de Justin Bieber! y desperté con una crisis emocional. Todo ocurrió el día de la pelea, después de la derrota "canelística", así que supongo que mi subconsciente se quedó impactado por lo que pasó en Las Vegas.
En el sueño, yo le decía: "mi amor ¿te acuerdas cuando eras chiquito y tocabas la batería? Y cuando le regalaste ese gorro precioso a la niña de la quimioterapia. Ay, qué bueno es mi niño". Él me volteaba a ver con cara de maldito y contestaba: "quiero escupirle a las fans, drogarme, hacerme tatuajes, colgarme un mono y ser negro". Claro, y yo que soy como todas las madres modernas a las que los hijos menores de 20 nos mangonean y maltratan psicológicamente, le aplaudía para que no dejara de quererme. "Uy, qué bonito. ¡Como Michael Jackson, pero al revés! ¡Amo tu nueva imagen de joven problemático!". Desperté sudando.
Y miren que si había una mujer adulta, fan de Justin, era yo. ¿Se acuerdan cómo disfruté el trapito morado que mi hijo se amarró en la cabeza en el concierto del Zócalo? El que decía: "I love Justin Bieber". Me parecía un niño lindo y talentoso. ¿Cómo imaginar que se convertiría "casi" en un pervertido?
Bueno, sinceramente lo de ser madre de un millonario me atrae muchísimo, porque la explotación de un hijo que gana más de 100 millones de dólares al año debe tener una parte muy bonita. Por ese lado, sí, pero por el otro no podría. Es que yo, francamente, soy una mamá sensible, preocupona y sobreprotectora. Cuando mi hijo, que tiene la misma edad de Justin, cara parecida a la de Justin y pelos similares a los de Justin me dice que va a una fiesta y llega más tarde de lo previsto... envejezco de sopetón. Así, de golpe. Me veo en el espejo a las 4 de la mañana y soy otra, con más arrugas y más canas. Y cuando alguien critica a mi "pollito" (que ya asiste a la universidad y es mayor de edad) me entran unas ganas enfermas de venganza. Por eso, no quisiera estar en los zapatos de Pattie Mallette (la "Justin madre") que tiene que lidiar con los nuevos gustos y comportamientos extraños de su megafamoso hijo.
¿Lo vieron? Justin se sentía soñado con esa cara de hombre malo, caminando con Floyd Mayweather Jr. rumbo al ring, mientras los televidentes decían: "¿Y ése wey qué?", "¡Quítate metiche!", "¿Será el esclavo sexual de Mayweather?". Pertenezco al grupo que gritaba "¡Fuera Justin!". Oye, tu amigo está a punto de subir al cuadrilátero a que le partan la cara y tú robándole cámara. Qué falta de sensibilidad humana y boxística.
¿Lo ven? A veces las reflexiones se esconden en los rinconcitos de la noticia. Las cosas importantes no están siempre en la primera plana (¡es en serio!).
Me impresionaron tanto las imágenes y comentarios sobre el cantante, que ¡soñé que era su madre! Disculparán, pero me quedé dormida por ahí del séptimo round por el aburrimiento. Ahora que lo pienso, también pude haber alucinado ser mamá de El Canelo. Pobre señora, qué nochecita de mentadas le tocó.
Ya les dije lo que no me gustaría ser, ahora les digo lo que sí: ¡Me encantaría ser madre de Pedrito Fernández! Tan buen muchacho, tan bien portado. Y qué bien canta nuestro Himno Nacional, ¿verdad?
Parece una columna vacía, pero es una cosa súper seria. ¿Qué haces cuando ves que tu hijo va derechito al abismo?, ¿tratas de rescatarlo o dejas que se estrelle para que escarmiente?, ¿lo das en adopción? Les digo: el sinvivir y las encrucijadas de los padres.