Seis activistas amnistiados -cinco británicos y un canadiense- partieron este viernes de Rusia a bordo de un avión que despegó de San Petersburgo, justo 100 días después de haber sido arrestados, informó Greenpeace en su página de Twitter. (EFE)
Al menos siete de los 30 activistas de Greenpeace, detenidos en septiembre pasado durante una protesta en una plataforma petrolera en el Ártico y recientemente indultados por una amnistía presidencial, han abandonado Rusia tras recibir sus visas.
Seis activistas amnistiados -cinco británicos y un canadiense- partieron este viernes de Rusia a bordo de un avión que despegó de San Petersburgo, justo 100 días después de haber sido arrestados, informó Greenpeace en su página de Twitter.
Los cinco británicos -Anthony Perrett, Phil Ball, Iain Rogers, Alexandra Harris y Kieron Bryan- ya arribaron a Reino Unido, mientras el canadiense Alexandre Paul llegará a su país en las próximas horas, según la agencia rusa de noticias Ria Novosti.
La noche del jueves, el sueco-estadunidense de origen ruso Dmitri Litvinov fue el primero en salir tras abordar un tren con destino a Finlandia, tras haber obtenido una visa para salir del territorio ruso.
La argentina Camila Speziale y la brasileña Ana Paula Alminhana Maciel recibieron su visado el jueves y el resto lo obtuvo este viernes, por lo que podrán salir a sus respectivos países en cualquier momento.
“Todos los extranjeros han recibido sus pasaportes y visados de salida. Se van a casa”, escribió Greenpeace.
Los 30 miembros de la tripulación del Arctic Sunrise -28 activistas y dos periodistas- fueron detenidos en septiembre pasado tras una protesta contra una plataforma petrolera en el Ártico y acusados por piratería, cargos que después fueron reemplazados por vandalismo.
En noviembre pasado, todos los detenidos fueron puestos en libertad bajo fianza antes de ser amnistiados la semana pasada por una nueva ley del Parlamento ruso con motivo del 20 aniversario de la Constitución.
Con esa amnistía, la décima octava aprobada desde 1994, también fueron liberadas las dos integrantes de la banda Pussy Riot, Nadezhda Tolokónnikova y María Aliójina, quienes cumplían una condena de dos años de cárcel por su “oración punk” en una catedral moscovita.
La amnistía de la que se han beneficiado los activistas de Greenpeace y las dos de Pussy Riot es vista como un intento del Kremlin por mejorar la imagen de Rusia de cara a los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, que se celebrarán en febrero de 2014.