La música no ha sido excluida en el proceso evolutivo de la cultura en general, desde la manera de hacerla hasta la manera de escucharla, todo es parte de un gran cambio continuo y paulatino. A pesar de que existen artistas y bandas nuevas con propuestas más que interesantes, la misma aceleración y el constante surgimiento de más y más artistas impiden que éstos logren dejar huella de manera tan grande como en otras décadas. Alguien dijo una vez que, salvo algunos casos aislados, la era de los monstruos y leyendas musicales ya se ha extinguido. La música en español no se queda atrás, los tiempos musicales ya no dan para que surjan nuevos monstruos, y en mi opinión, tenemos a una de las más grandes bestias musicales dormida: me refiero a Gustavo Cerati.
La mayoría de ustedes sabrá a quién me estoy refiriendo, ya sea porque hayan seguido su trayectoria o porque estén enterados del accidente que lo dejó en estado de coma, lo cual le dio la vuelta al mundo. Hoy, a una semana de su cumpleaños número 54, le dedico estas letras como homenaje a una de las pocas personas a las que en verdad puedo llamarles ídolos.
Cuando una persona logra destacar dentro de su profesión se dice que esa persona ha encontrado el éxito, pero cuando se rebasa los límites de éste y se trasciende más allá de la profesión es cuando dejan verdaderamente un legado que supera la propia mortalidad. Cuando se pasa a ser "algo más". El doctor deja de ser doctor para ser algo más, el presidente deja de ser presidente para ser algo más y el cantante deja de ser cantante para ser algo más. Gustavo Cerati no es sólo un cantante o un músico de profesión, él se convirtió en el "algo más" de la vida de muchas personas.
Hay quien afirma que el arte no tiene un fin práctico como otras profesiones que proporcionan servicios a la sociedad, que el arte sólo satisface cuando las otras necesidades primarias, como comer y respirar, ya están cubiertas. Yo creo que el servicio que nos ofrece el arte, más allá de la cuestión estética, es el de encontrar en él un refugio y consuelo para el alma. Ahí radica la verdadera profesión de Cerati, ofrecernos a través de su música un mensaje para el alma.
Las letras de las canciones de Cerati se convirtieron en el consejo que muchas personas necesitaron escuchar, y una de las cosas más fascinantes es que ese mensaje siempre está sujeto a la interpretación de cada persona. Así, cada quien podría encontrar un significado diferente que llenara sus necesidades emocionales y de la misma forma también podría no encontrar nada más que un montón de palabras aisladas que carecen de sentido, el todo y la nada. Gustavo siempre tuvo esa dualidad que lo convertía en una especie de enigma.
Escuchar su música es como ver un holograma en el que, dependiendo de la forma en que se mire, se encuentran distintas maneras de apreciarla. Uno puede escuchar sus discos mil veces y cuando cree que ya lo conoce a fondo, siempre llega algún sonido o una frase que se anuncia como nueva. Nunca se termina la emoción, en su música siempre hay algo nuevo que descubrir.
A nivel musical, Cerati también es un genio. Más de treinta años de trayectoria y nunca tuvo el mismo sonido en ninguno de sus discos. Soda Stereo pasó de ser la banda divertida y burlona que emulaba a The Police a convertirse en una de las bandas de rock con más madurez en ese entonces, con el tiempo también se convirtieron en una de las vacas sagradas del rock en español. Soda Stereo fue uno de los monstruos en la historia de la música en Latinoamérica, siempre llenaban cada lugar en el que se presentaban y cuando en el año 2007 anunciaron que volvían de gira, rompieron récords de taquilla desatando un gran fenómeno musical, que para estos tiempos, es inusual observar.
Yo tuve la oportunidad de verlo en vivo en el último concierto que ofreció en la ciudad de Monterrey en el 2009. Para mí era increíble ver a un tipo de cincuenta años luciendo como uno de treinta, derrochando una completa energía y entrega absoluta hacia el público que se encontraba. Entre cada canción siempre se tomaba el tiempo para interactuar con la gente y para demostrarles el cariño que sentía. Fue un completo vaivén de energía entre el público y él, una verdadera comunión. A pesar de no tener el gran espectáculo visual, en el aspecto técnico ha sido de los conciertos más perfectos a los que he asistido. Cada detalle estaba perfectamente cuidado lo cual hablaba de su perfeccionismo, respeto y compromiso por lo que hacía. No puedo describirlo más que con el cliché más grande de todos: fue una noche que tendré presente hasta que mi memoria se venga a burlar de mí y me empiece a cobrar la factura.
Ojalá que el destino hubiera sido diferente con él, quizá no tan drástico o tan cruel. Quizá lo que nos cuesta mucho trabajo entender es que a veces hay un ser que tiene mejores planes para nosotros, seguro también hay un gran plan aún más grande para él. Mientras tanto, lo único que queda por hacer es seguir mandándole buena energía y muchas oraciones para su familia. Gracias a Cerati por su música, por sus letras y por la manera en que influyen en la vida de quien lo escucha. Gracias totales.
