Decir pintura en el dominio de las artes es sin duda hacer referencia a grandes periodos históricos y pictóricos, nombres por demás conocidos y a obras que un gran número de personas reconocen o tienen una idea de quién se trata. La pintura, arte plástica que refleja las ideas, sentimientos y costumbres no sólo del autor sino de todo lo que está en torno a la creación artística, pero desde la perspectiva única del autor. Por lo cual es posible tener frente a nosotros la esencia de lo que el pintor percibió en un momento específico, lo que significó para él y que posteriormente plasmó en su lienzo.
Esta óptica personal de lo que se percibe es bien adoptada por aquellos que pertenecieron al movimiento impresionista, puesto que hacían varias pinturas del mismo sitio con la expectativa de que si se observa en diferentes horas del día la luz cambiará el paisaje y lo hará totalmente diferente. Esta técnica de pintura al aire libre y en espacios luminosos se presta para que los temas se tornen amables a la vista y dentro del cuadro exista una escena sencilla y espontánea de momentos que pueden surgir en la cotidianeidad de una visita al parque, una comida o el hogar.
Podemos encontrar nombres de autores que por diversas razones son puestos con menor frecuencia pero con igual aporte representativo: entre esos nombres están los de Berthe Morisot y Mary Cassatt. Ellas dieron al impresionismo su punto de vista con bellas obras que ahora se encuentran tanto en colecciones privadas como en el Museo de Orsay, Museo Metropolitano de Arte en Nueva York o en el Museo del Petit Palais.
Mary Cassatt nació en Pittsburgh, pero por cuestiones de los negocios familiares viajó a diversas ciudades europeas, donde entró en contacto cercano con las artes. Su habilidad para trazar mediante ágiles pinceladas, usualmente damas en sus quehaceres, denota una sensación de entrar al mundo privado de quien está en primer plano de la obra, sin que el espectador tome el papel de intruso o extraño ante la situación. Entre sus pinturas se encuentra un retrato de la hermana de la pintora (Lydia Cassatt) en el cual el atuendo de la joven se integra de manera espléndida entre la banca color verde en la que se encuentra y el fondo con unos árboles que semejan los movimientos usuales de un día con poco viento. Otro material característico de ella es "Madre cosiendo" cuya encantadora escena muestra a una mujer cosiendo junto con su hija. En esta obra queda manifiesto el interés en los detalles que pone Cassatt a su obra, ya que se ve por una ventana posterior, con gran delicadeza, los troncos de los árboles y el movimiento del pasto por el viento.
Berthe Morisot fue una pintora francesa que participó en todas las exposiciones de los impresionistas, lo que la sitúa como una figura eminente en el círculo activo dentro del grupo. Las temáticas que utiliza en su pintura se encuentran en las escenas al aire libre, como "Lilas en Maurecourt", obra en que muestra un desayuno en el campo entre una mujer y dos niños. El juego entre la luz y la sombra sobre la que están los personajes crean una agraciada variedad de tonos verdes que invitan a observar cada detalle semioculto entre el pasto, las ramas de los arbustos y las flores. Otro tema usual en su pintura son las mujeres burguesas, a quien plasma con lujo de detalles tanto en lo público como en bailes y en lo personal.
La belleza de las obras de estas dos artistas no sólo radica en la estética o en la composición, sino en la perspectiva que tienen y que comparten del mundo en el que les tocó vivir. Y en el que trasmiten una parte de su emoción y sentimiento con respecto a su obra.