Sin menoscabar la información disponible de que por tercer mes consecutivo se tiene un descenso en el número de asesinatos, y que ciertamente se ha visto en las últimas semanas, que incluyen espectaculares rondines aéreos de helicópteros de distintas instituciones federales, no es acertada en lo absoluto la declaración del general Moisés García Ochoa, comandante de la XI Región Militar, de que la percepción está ya cambiando porque él ve que cada vez más personas vuelven a salir a la calle y a los restaurantes.
Hay que ser puntuales en que el General García también señala que falta mucho por hacer, y ahí no hay diferencias, pero lo dicho por el alto militar, que está en su derecho de declarar lo que le parezca en aras de una absoluta libertad de expresión, difiere en mucho a la realidad.
Parece que los hechos abominables que en los pasados meses se cometieron como el atentando a la casa de la alcaldesa de Gómez Palacio, mismo hecho donde fue baleada una barda de la casa del empresario Carlos Herrera; los actos terroristas como el incendio a empresas propiedad de familiares de la presidenta Rebollo; el secuestro de personal de este diario, el ataque de tres días consecutivos a agentes federales que estaban apostados a las afueras de este medio; el secuestro y asesinato del precandidato a la presidencia municipal de Lerdo, Manuel Landero; el atentado a oficiales de vialidad de Gómez Palacio donde fueron ultimados 5 miembros de esa corporación; afortunadamente por este momento han quedado atrás. Pero de ahí a decir que ha vuelto una relativa calma y que eso motiva a que haya más personas en las calles, hay un abismo.
Simplemente el miércoles pasado, una información proporcionada por el organismo Observatorio Nacional Ciudadano indica que aunque confirman que los delitos han bajado en la zona metropolitana de la Comarca Lagunera en lo que ha corrido este año 2013, la violencia se ha mantenido vigente, por lo que continúa siendo un reto para las autoridades cumplir con su obligación legal de afrontar este problema.
Héctor Larios Santillana, presidente del Observatorio, dijo que estos tres meses de baja en la incidencia de delitos, no son suficientes para confirmar que ya exista una tendencia de que en realidad la violencia empieza de disminuir. Para que esto ocurra, según Larios, deben de transcurrir al menos 6 meses de baja sostenida para poder afirmar que en realidad hay un declive.
Junto al Observatorio, el centro de estudios México Evalúa y el Consejo Cívico de las Instituciones, presentaron un Monitoreo de Incidencia Delictiva, el cual arroja que ciertamente empieza ya a haber un descenso, pero que en el pasado año, La Laguna se convirtió en la segunda zona urbana más violenta de todo México, después de Acapulco, Guerrero, pero por encima de la mismísima Ciudad Juárez, Chihuahua, o Monterrey, Nuevo León.
Asimismo, es espeluznante conocer la cifra negra de secuestros ocurridos el año pasado, donde el número alcanza hasta al menos seis veces a la cantidad de denuncias presentadas por este delito durante 2012. Esta cifra se obtuvo comparando las cifras oficiales versus las noticias sobre capturas de plagiarios. Esta información también se desprende del Monitoreo de Incidencia Delictiva 2012.
Las denuncias presentadas por secuestro el año pasado fueron 6, pero las autoridades de Durango y de Coahuila informaron que los delincuentes que fueron detenidos por la comisión de este tipo hechos, ascendió a 35 plagios, es decir, por cada caso denunciado, al menos se cometieron 5 delitos más del mismo tipo. Esto por supuesto que no contiene todos los secuestros que fueron cometidos y no denunciados, lo que elevaría por mucho la cifra de secuestros cometidos en La Laguna.
De Lerdo, Gómez Palacio y Torreón, esta última es la que presenta la mayor cifra negra, pues solamente en este municipio se presentaron dos denuncias, y las detenciones informadas por las autoridades fueron de 27 plagios, lo que arroja que sólo el 7% fue denunciado ante la Procuraduría de Justicia de Coahuila.
La información puede ser manejada de distintas formas, depende de la conveniencia de quien la dé a conocer. Lo que no puede ser admitido es que ahora nos sintamos más seguros, eso no es cierto. A las autoridades civiles y castrenses que cuentan con elementos, adiestramiento y equipo de protección y combate, les puede parecer más sencillo decir que la baja real (que está ocurriendo) en la comisión de delitos, ha devuelto en parte la paz al ciudadano común.
Cierto es que el Centro de Torreón está más tranquilo, incluso Gómez Palacio no ha tenido más hechos de calado mediático importantes en este tema, pero ir a San Pedro, o a Saltillo es un verdadero albur, y se corre muchísimo riesgo de ser asaltado en absoluta impunidad. Así que por favor autoridades, tengan un poco de prudencia, antes de decir que la percepción es que hay menos violencia, depende de quien lo diga.
