Golpe de Estado. Desde ayer los militares tomaron el control del país y designaron un presidente interino.
Las fuerzas armadas de Egipto derrocaron ayer miércoles al primer presidente democráticamente electo después que cumplió apenas un año en el poder, una caída alimentada por el mismo tipo de revuelta popular que lo llevó en un primer momento al poder como parte de la Primavera Árabe.
Los militares anunciaron que instalarían un gobierno civil temporal para reemplazar al presidente islamista Mohamed Morsi, quien denunció la acción como un "golpe de Estado total" de los generales. También suspendieron la Constitución redactada por los islamistas y llamaron a nuevas elecciones.
Millones de manifestantes adversos a Morsi en ciudades a lo largo y ancho del país estallaron en escenas delirantes de júbilo luego del anuncio televisado del jefe del Ejército. Fuegos artificiales explotaban encima de la multitud en la Plaza Tahrir de El Cairo, donde hombres y mujeres bailaban mientras gritaban "Dios es grande" y "Viva Egipto".
"No me pregunten si estoy feliz, sólo miren a su alrededor a todas estas personas, jóvenes y viejos, todos están felices", dijo el manifestante Mohammed Nageh, de 25 años, mientras gritaba en Tahrir.
"Por primera vez, la gente realmente ha ganado su libertad". Por temor a una reacción violenta de los partidarios islamistas de Morsi, los militares enviaron tropa y vehículos blindados a las calles en El Cairo y en otras partes, para rodear las manifestaciones islamistas.
Los enfrentamientos estallaron rápidamente en varias ciudades de provincia cuando los islamistas abrieron fuego contra la Policía, con al menos nueve muertos en los combates, dijeron funcionarios de seguridad.
Gehad el-Haddad, un portavoz del partido de la Hermandad Musulmana, dijo que Morsi estaba bajo arresto domiciliario en instalaciones de la Guardia Presidencial donde había estado viviendo, y que 12 asesores presidenciales también estaban detenidos.
El Ejército tomó control de los medios estatales y suspendió los canales de televisión operados por la Hermandad Musulmana. El jefe del ala política de la organización fue arrestado.
Saad el-Katatni , máximo dirigente del Partido Libertad y Justicia, y Rashad Bayoumi, uno de los dos subjefes del partido, fueron arrestados por la madrugada en relación con una fuga de prisión durante el alzamiento de 2011 contra el autócrata Hosni Mubarak.
Con su decisión, el Ejército ha forzado la salida del gobernante de turno por segunda ocasión en los dos años y medio de agitación en Egipto. En la primera ocasión, derrocó al autócrata Hosni Mubarak después de la sublevación masiva contra su gobierno.
Su nueva intervención se produjo después de una impresionante revuelta de cuatro días contra Morsi que llevó a protestas aún mayores que las de 2011, alimentadas por la ira pública debido a que Morsi estaba dando demasiado poder a la Hermandad Musulmana y otros islamistas y no había podido hacer frente a los crecientes problemas económicos del país.
Sin embargo, en esta ocasión la caída de una figura elegida en las urnas podría ser más explosiva. Más allá de los temores sobre la violencia, incluso a algunos manifestantes les preocupa si un gobierno instalado por los militares puede conducir a una democracia verdadera.
Momentos después de que habló el jefe militar egipcio, el general Abdel-Fata el-Sisi, Morsi dijo en una declaración en la cuenta de Twitter de la oficina del presidente egipcio que las acciones de los militares "representan un golpe de Estado total categóricamente rechazado por todos los hombres libres de nuestra nación", al tiempo que instó a "todos a adherirse a la tranquilidad y evitar derramar sangre de compatriotas".
Morsi ha insistido en que su legitimidad como presidente electo no se debe violar o Egipto podría verse arrastrado a la violencia. Algunos de sus seguidores islamistas, decenas de miles de los cuales salieron a las calles en los últimos días, se han comprometido a luchar hasta el final para defender tanto la legitimidad de los votos como sus ambiciones para que instalar un gobierno islámico en Egipto.
En su discurso, el general el-Sisi dijo que el presidente de la Corte Constitucional Suprema, Adly Mansour, asumiría como presidente interino hasta que se celebren nuevas elecciones.
¿Golpe o revolución?
La primavera egipcia se ha transformado en un verano caliente. La gente está nuevamente en las calles para derribar a un gobierno que no ha cumplido sus promesas de mejorar la situación del país. Una gran manifestación opositora cimbra la plaza Tahrir (de la Liberación) en El Cairo, en cuyos alrededores las fuerzas armadas apostaron tanques.
El Ejército, atendiendo el clamor popular, dio un ultimátum al presidente Mohamed Morsi y ante su presunta inacción para responder las demandas sociales, lo sacó del poder. Morsi ganó la presidencia por la vía democrática en 2012, el procedimiento de elegir gobernantes a través del voto que por primera vez, ese año, dejó de ser una ficción en Egipto, pero ahora, la democracia de la calle y el peso de los tanques, también emitieron su voto en contra del mandatario.
El pueblo egipcio aprendió a un alto costo a deshacerse en 2011 de una tiranía, la de Hosni Mubarak, un militar por cierto que gobernó casi tres décadas tras el asesinato por islamistas del presidente-militar Anuar Sadat en 1981. La rebelión en las calles, en la que las redes sociales y los teléfonos celulares tuvieron un papel crucial, renació esta vez para mostrar el descontento con el gobierno democrático-islámico que reemplazó al viejo régimen.
Egipto vive un desastre económico y social generado tanto por la larga dictadura corrupta de Mubarak, como por la desarticulación que causó la caída de las instituciones burocráticas que hacían funcionar el país. El Ejército, en cambio ha permanecido intocado, y es, sin duda, el garante del orden y la estabilidad. Siempre ha sido el poder tras el trono y desde que Egipto firmó la paz con Israel se benefició de la asistencia millonaria de Estados Unidos. El golpe, con todo, ha sido incruento, aunque los choques entre partidarios de Morsi y la oposición dejaron al menos dos decenas de muertos en los últimos dos días. Y claro, habrá que estar pendientes de la reacción de los Hermanos Musulmanes.
AÑO
Casi cumplía Morsi en el poder en Egipto.
MURIERON
En el último día de protestas contra el gobierno.