Los seguidores del depuesto presidente Mohamed Morsi desafiaron las advertencias del gobierno interino de Egipto con nuevas protestas en El Cairo, que intensificaron los temores de renovada violencia.
Los manifestantes iniciaron sus movilizaciones después de las oraciones de ayer viernes partiendo desde varias mezquitas de la capital egipcia hacia el principal punto de sus protestas en la plaza de Rabaa al-Adawiya.
Las protestas exigieron de nueva cuenta la reinstalación de Morsi en la Presidencia del país, al cumplirse un mes de que el Ejército lo destituyó en medio de masivas manifestaciones contra su gobierno y su partido Hermandad Musulmana.
Los miles de manifestantes, que portaban banderas nacionales e imágenes del ex mandatario islamista, pidieron también la salida del comandante de las fuerzas armadas, general Abdel Fatah al-Sisi, defendiendo a Morsi como su presidente.
En un suburbio de la capital, la Policía disparó gases lacrimógenos para intentar dispersar a los manifestantes cuando éstos trataban de irrumpir en las instalaciones de Media Production City, canal de televisión satelital.
Un helicóptero de las fuerzas de seguridad sobrevoló el área, mientras ambulancias se dirigían a la zona, debido a que los manifestantes comenzaron a lanzar piedras contra los oficiales, aunque por ahora no se tienen reportes de las posibles víctimas.
Las movilizaciones pro Morsi fueron un desafío directo a las autoridades egipcias, que apenas la víspera ofrecieron a los partidarios del depuesto presidente una "salida segura" si ponían fin a semanas de protestas.
La televisión estatal indicó que las autoridades de seguridad impondrán un cerco a los manifestantes que acampan en la plaza al-Adawiya y reiteró su advertencia de que los retiraría del lugar en breve.
El asedio a las plazas de al-Adawiya y Nahda, comenzará en 48 horas, advirtió la televisora y aseveró que el gobierno interino no permitirá que continúen las manifestaciones que representan una amenaza para la seguridad nacional.
El choque que se produjo en un suburbio capitalino hizo resurgir los temores de nuevos actos violentos, pues los enfrentamientos en El Cairo ya han cobrado la vida de más de 250 personas desde que Morsi fue depuesto, el pasado 3 de julio.
La organización internacional pro derechos humanos, Human Rights Watch, advirtió que podría haber una "baño de sangre" si el ejército utilizaba la fuerza contra las manifestaciones.
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