Enfrentamiento. Una tanqueta dispara agua frente a Palacio Nacional mientras policías federales toman el Zócalo de la Ciudad de México luego de desalojar el plantón de maestros que llevaba 25 días.
En un operativo que duró 15 minutos, la Policía Federal tomó ayer el Zócalo de la Ciudad de México y desalojó el plantón de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para que pueda realizarse el Grito y el Desfile de Independencia.
La mayoría de los maestros que permanecían en el campamento se retiró antes de la entrada de la Policía Federal con equipo antimotines, incluyendo tanquetas disparando chorros de agua.
Otros corrieron de la plancha del Zócalo al ver el contingente policiaco, pero también hubo manifestantes que lanzaron piedras y otros objetos a los agentes.
La Comisión Nacional de Seguridad reportó 15 policías heridos y 31 manifestantes detenidos, pero el número de manifestantes heridos no se había cuantificado.
La tensión creció alrededor del Zócalo al mediodía de ayer, cuando el Gobierno Federal anunció que los maestros tenían hasta las 4 de la tarde para desalojar el plantón que mantenían en protesta por la reforma educativa.
El ultimátum se dio luego de negociaciones fallidas entre la Secretaría de Gobernación y líderes de la CNTE. La mayoría de las Secciones del Sindicato de Maestros que estaban en el plantón se retiró, pero la Sección 22 de Oaxaca rechazó dejar la plaza.
Cientos de policías se apostaron en las calles de acceso al Zócalo mientras esperaban la orden de entrar, al tiempo que los edificios de gobierno y los comercios de los alrededores fueron vaciados y cerraron sus puertas.
Participantes en la protesta, que fueron identificados como grupos anarquistas y no maestros, se armaron de palos, tubos, piedras, bombas molotov y tanques de gas, entre otros objetos.
Los maestros de Oaxaca se retiraron al filo de las 4 de la tarde, aunque antes quemaron las carpas que tenían en la plaza.
La Policía Federal entró minutos después y fue enfrentada por grupos de anarquistas a los que repelieron con chorros de agua y gases lacrimógenos.
Los agentes tomaron el control del Zócalo y montaron barricadas para impedir el regreso de manifestantes, mientras iniciaba la limpieza para la celebración del Grito el domingo.