Expertos del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM y del Instituto Nacional de Cancerología (INCAN), desarrollan varias líneas de estudio para la detección temprana y predicción de riesgo en cáncer de mama.
Como parte del Programa de Investigación Biomédica en Cáncer de Mama, buscan anticipar o detectar esa afección desde su inicio, luego que se ha posicionado como la primera causa de muerte de mujeres en México y la enfermedad neoplásica femenina más frecuente en el país, superando desde 2007 al cérvico-uterino.
Luis Alonso Herrera Montalvo, adscrito a la Unidad de Investigación Biomédica en Cáncer que comparten ambas instituciones dijo que “la detección oportuna se refiere a mujeres que ya son portadoras de un tumor, en las que se busca que éste sea diagnosticado en las etapas más tempranas”.
“Incluso si ellas no lo sienten al realizarse una autoexploración y mide menos de una micra de diámetro, tamaño que ya detecta una mastrografía”.
La predicción se refiere a conocer a detalle la predisposición genética para desarrollar la afección, para lo cual se profundiza en las particularidades de la población mexicana, dijo en el marco del Día Mundial contra el Cáncer de Mama, que se celebra este 19 de octubre.
El equipo encabezado por Carlos Larralde Rangel, investigador emérito del Instituto de Investigaciones Biomédicas y su colaborador Edmundo Lamoyi Velázquez, trabajan en identificar anticuerpos asociados a estos tumores para utilizarlos como un método de diagnóstico más eficiente que los actuales cuando el tumor es casi invisible.
“Su estudio busca detectar marcadores en suero, pues quienes desarrollan cáncer de mama generan una respuesta inmunológica contra esas células tumorales, que pueden ser descubiertas a través de métodos sencillos como Elisa y así confirmar a las pacientes que son portadoras de un tumor maligno”, indicó Herrera Montalvo en un comunicado.
Los marcadores son detectables en suero; con una muestra sanguínea podrían localizarse alrededor de siete antígenos en cantidades pequeñas, cuyo patrón determina el grado de certidumbre del diagnóstico de un tumor.
A futuro, esos anticuerpos asociados a la enfermedad se utilizarán en programas de tamizaje (o screening) con mejores resultados que las mastografías.
Actualmente en México existe una detección tardía que ocasiona una alta mortalidad, incluso en jóvenes, acotó Cynthia Villarreal, investigadora del INCAN.
En promedio, se diagnostican 15 casos por 100 mil habitantes al año. “Pero la cifra es un sub-registro, pues no se cuenta con uno fidedigno que condense todos los casos nuevos”, reveló.
En el INCAN se atienden 900 nuevos casos al año y se ofrecen 150 consultas al día. “El 60 por ciento de ellas tienen tumores localmente avanzados, el 25 llegan con tumores tempranos y el 15 ya tienen metastásicos que, según el subtipo, han producido otros, generalmente en huesos, pulmones, hígado y cerebro”, señaló.