Sangre. En la puerta del Palacio de Gobierno quedó una mancha de sangre de uno de los cinco guardias heridos en el tiroteo.
Por alguna razón, el exmilitar José María Segura Gutiérrez no quiso abandonar las instalaciones de Palacio de Gobierno por la vía pacífica, sino por el camino difícil y ruidoso que alteró la tranquilidad de la incipiente mañana en Saltillo, y mantiene en el hospital a cinco policías.
Tal vez fueron más de cinco balazos, pero ésos hicieron blanco en los guardias que resguardaban el edificio gubernamental, en cuyo segundo piso se encuentra una de las oficinas más custodiadas del estado: el despacho del gobernador Rubén Moreira Valdez, quien al momento del ataque se encontraba en su casa.
Si bien las autoridades no han proporcionado información clara sobre lo ocurrido, se sabe que el agresor ingresó al edificio, deambuló por algunas oficinas y después se aproximó a la salida. Según el reporte de la Procuraduría General de Justicia del Estado, cuando aún estaba en Palacio de Gobierno se acercó por la espalda a uno de los policías y lo desarmó.
El agente trató de recuperar el arma, un revólver calibre 38 especial, luego vinieron más guardias en apoyo y el forcejeo terminó con el primer disparo.
El proyectil impactó en el abdomen del primer policía, a otro le habría tocado en el pecho y a uno más en una pierna. En total fueron cinco los agentes lesionados, cuatro uniformados y uno vestido de civil.
No obstante a la confusión, los guardias sometieron al agresor y lo entregaron a policías municipales que lo llevaron a las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia.
Para entonces las ambulancias de la Cruz Roja se aproximaban al sitio en auxilio de los lesionados. Dentro de lo malo, el ataque ocurrió temprano, a las 8:47 según la Procuraduría, cuando en la zona Centro hay poco tráfico y los paramédicos no demoraron en llegar. Los policías heridos están fuera de peligro.
Las autoridades hicieron la declaración ministerial al agresor, pero también estudios clínicos y médicos para determinar su estado de salud mental, pues no se explican el motivo del ataque, aunque está la hipótesis de que se encontraba atribulado por la desaparición de un familiar.
Durante la mañana el tráfico en la zona Centro se convirtió en caos debido al cierre de calles a la circulación que hicieron policías y soldados.
Por la noche la situación se mantuvo, pero debido a centenares de asistentes a un concierto con motivo del Día de las Madres que se desarrolló en Plaza de Armas, en la explanada de Palacio de Gobierno, donde el escenario de la "Diosa de la Cumbia", la cantante Margarita, se instaló a unos metros de la mancha de sangre que dejó una de las víctimas de la mañana.