La entrada a México de miles de automóviles ilegales extranjeros ha desatado un mercado de piratería de autopartes, que tiene un impacto negativo en la industria automotriz y en el medio ambiente.
La Industria Nacional de Autopartes estima que la venta de piezas de autos extranjeros llega a los 500 millones de dólares al año.
Las refacciones de autos "chuecos" son usadas no sólo para vehículos ilegales, sino también para los comprados en el mercado nacional, lo que impulsa su proliferación.
Para la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), la compra de autopartes de vehículos ilegales es parte del mismo contrabando. "Todo lo relacionado con ellos es un delito", dijo el vocero de la AMDA, Guillermo Rosales.
Se estima que unos 6.9 millones de autos ilegales de procedencia extranjera circulan en el país, una cuarta parte del total nacional. Más de 100 mil están en Coahuila y Durango.
Al ser piezas de vehículos viejos ya desechados en Estados Unidos, las autopartes "chuecas" que circulan en el mercado mexicano también tienen un impacto ambiental.
Un estudio del premio Nobel de Química, Mario Molina, indica que los vehículos con más de 10 años de antigüedad generan hasta 100 veces más contaminación que modelos recientes y neutralizan esfuerzos por reducir los gases de efecto invernadero.
De acuerdo con especialistas, los autos extranjeros generaron en 2012 todo el dióxido de carbono que la norma oficial de mitigación de gases busca reducir en 10 años.
Eduardo Solís, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz dijo que es urgente establecer controles a la entrada de autos extranjeros y crear una norma de especificaciones mecánicas y de seguridad que asegure las condiciones adecuadas para los autos que circulan en el país.
