Adorna. Clementa cubre de cempasúchil la tumba de su pequeño hijo Pedro, que falleció al nacer en octubre de 1987.
Desde hace 26 años Clementa López Martínez y Pedro Méndez, acuden al Panteón ejidal de San Antonio de los Bravos para visitar la tumba de su pequeño que falleció al nacer. Aunque fue poco tiempo el que estuvieron con el único hijo varón de la familia, no lo olvidan y aprovechan el 1 de noviembre, fecha en la que los "angelitos" bajan del cielo, para que su pequeño Pedro sepa que está presente en sus corazones. Ayer los panteones de Torreón comenzaron a recibir a cientos de personas que como Clementa y Pedro, acuden a revestir de flores las tumbas de niños o adultos. Clementa y Pedro comentan que por tradición el primero de noviembre lo dedican a visitar a su hijo y el día dos, regresan para acompañar a los familiares que murieron en edad adulta.